EE UU se enfrenta a la recesión al caer su economía un 1,1% el tercer trimestre
El fuerte desplome del PIB arroja las peores cifras desde la guerra del Golfo, en 1991
La economía estadounidense está más anémica de lo que indicaban los datos preliminares sobre la actividad del tercer trimestre, cuando apuntaron una caída del PIB del 0,4%. Los datos revisados ayer casi triplican la fuerza del parón en el periodo julio-septiembre, al elevar la pérdida hasta el 1,1%, la cifra más alta en una década.
El dato vino a reforzar la debilidad que revelan todos los indicadores y permite aventurar que el PIB de la primera economía del mundo tendrá crecimiento negativo en 2001. Hasta el tercer trimestre, el crecimiento presenta un magro saldo positivo de medio punto, que los analistas creen que volatilizarán las cifras correspondientes al PIB del actual trimestre.
El reconocimiento de que la contracción es más rápida de lo anunciado hace unas semanas fue acogido con un encogimiento de hombros por los mercados. Como dijo un analista citado por Reuters: 'Eso ya es una noticia vieja'.
Las noticias negativas sobre distintos factores macroeconómicos se suceden con regularidad y esta semana no ha sido menos: empezó con la certificación de que Estados Unidos está en recesión desde marzo y concluye con la confirmación de que el enfriamiento es más fuerte de lo anunciado. La economía creció el 1,3% en el primer trimestre y un 0,3% en el segundo para caer ya con fuerza en terreno negativo en el tercero.
Debilidad general
El encogimiento del 1,1% confirmado por el Departamento de Comercio en julio-septiembre es el peor desde el 2% del primer trimestre de 1991, en plena guerra del Golfo, y obviamente sólo toma de refilón los efectos de los ataques del 11 de septiembre. Algunos economistas esperan que el actual trimestre, muy influido por la tragedia, se cierre con un crecimiento negativo en torno al 1,9%, aunque la realidad viene superando las previsiones negativas de estos expertos.
Importaciones y exportaciones cayeron un 12,9% y un 17,7% respectivamente, con la espectacular pérdida en las ventas al exterior reflejando también la debilidad generalizada de la economía en todo el planeta, en particular en áreas tan trascendentes como Japón y la Unión Europea. En Estados Unidos, las inversiones en bienes de equipo se redujeron el 9,3% en el tercer trimestre. Ya habían caído en 14,6% en el segundo.
Los analistas buscaban síntomas positivos en los datos de Comercio y creyeron encontrarlos en la liquidación de inventarios de las empresas, reducidos por valor de 60.100 millones de dólares, la eliminación más drástica de stocks desde 1981. Esta reducción ha restado 0,75 puntos porcentuales al PIB frente a los 0,37 en que se había evaluado inicialmente. Empresas y comercios han optado por aligerar sus almacenes y depósitos ante la caída del consumo con ofertas que se han comido muchos beneficios. El sector del automóvil, que el mes pasado contribuyó a mantener en términos positivos la tasa de consumo general con una espectacular venta de coches, ha recurrido a ventas a crédito sin intereses que se traducen en ingentes cargas financieras para los fabricantes.
Lo positivo de estas liquidaciones es que cuando haya que reponer inventarios, la producción y la contratación de personal se moverán con vigor. El otro aspecto positivo de la presente situación es la falta de inflación, que lleva a los economistas a vaticinar un nuevo recorte en los tipos de interés el próximo día 11.
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