Zapatero y Arenas se reúnen en secreto para desbloquear la renovación de 36 cargos

Un mes después de la abrupta ruptura del PP y del PSOE en la negociación para renovar 36 vacantes en tres órganos básicos del Estado, los secretarios generales de ambos partidos, Javier Arenas y José Luis Rodríguez Zapatero, reanudaron el diálogo este pasado miércoles en un almuerzo. De la cita salieron con una 'diposición favorable' al acuerdo. La concreción la cerrarán la próxima semana Jesús Caldera y Luis de Grandes.

PP y PSOE se despidieron a finales de julio con malos modos y con acusaciones mutuas de haber impedido un final feliz y a tiempo en la renovación de cargos de los 20 miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), de los 12 del Tribunal de Cuentas y de cuatro vacantes del Tribunal Constitucional. Pero junto a los reproches ya se recordó entonces que los dos partidos estaban 'condenados a entenderse', según expresión utilizada por el portavoz parlamentario del PP, Luis de Grandes, en el momento de anunciar el final de la negociación y la imposibilidad del pacto antes del verano. Para revisar esos cargos institucionales se requiere el número de votos de ambas formaciones.

A restañar esa tarea se pusieron el pasado miércoles, en un almuerzo en un restaurante madrileño de la calle de Ferraz, José Luis Rodríguez Zapatero y Javier Arenas. Fuentes socialistas aseguran que del encuentro salió 'una predisposición favorable al acuerdo', que ahora tendrán que llenar de contenido el portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, y el portavoz popular, Luis de Grandes, a partir de la próxima semana. Fuentes de ambos partidos confirmaron que el 'desbloqueo' se ha producido.

Ambos políticos coincidieron durante su cita en que la elección parlamentaria para refrendar esos cargos debiera producirse antes de que termine el mes de septiembre, en el penúltimo o último pleno de las Cámaras. Ya, en cualquier caso, después de que comience oficialmente el 13 de septiembre el nuevo curso judicial.

La charla entre Zapatero y Arenas se centró en las características y perfiles que deben tener los candidatos a esos órganos. Y de nuevo, el Tribunal de Cuentas se presenta como la institución con más problemas para alcanzar el consenso.

Arenas pidió a Rodríguez Zapatero que rebaje el 'perfil político' de los candidatos socialistas, ya que cuatro de los cinco propuestos son esencialmente políticos. Arenas no vetó ningún nombre concreto, como sí hizo el PP en las conversaciones de antes del verano, pero pidió que el cupo de ex dirigentes del PSOE fuese solamente de tres.

Zapatero no dio una respuesta positiva. Los socialistas entienden que el PP pretende que salte de su lista el ex ministro Luis Martínez Noval, el ex dirigente castellano-leonés Jaime González o el senador del PSC Lluis Armet. El otro político sería Ciriaco de Vicente, que repite en la institución y respecto al que no se dice nada el PP.

De momento, Zapatero mantiene la tesis de que no puede aceptar el criterio de que ser político suponga una lacra para ocupar un puesto institucional y considera una cuestión de 'principios' no aceptar ese tipo de vetos. Esta discusión consumió buena parte de la conversación ya que doctrinalmente Arenas tiene otra aproximación al problema. Desde su perspectiva ese órgano requiere perfiles más técnicos.

Pero la discusión no es sólo de principios ya que 'los vetos', en denominación del PSOE, o los 'criterios', en lenguaje del PP, sobre determinadas personas tienen nombres y apellidos concretos. Tanto Martínez Noval como Jaime González, por sus puestos anteriores y sus conocimientos, causan incomodidad en el PP ante la perspectiva de que lleguen a fiscalizar tareas del Gobierno central y de las autonómicas.

Uría y la presencia del PNV

El PP utiliza el mismo argumento, es decir, rebajar el perfil político de todos los candidatos, para pedir al PSOE que no continúe en una defensa a ultranza de la diputada del PNV Margarita Uría como candidata al Consejo General del Poder Judicial. Y creen que el PSOE ha acogido ahora con mejor sintonía esa propuesta. La presencia por tanto del PNV en el nuevo Consejo está en el aire, porque el PSOE no quiere ver más reducida su influencia en favor de una mayoría más holgada del PP.