El respaldo internacional al ajuste argentino da un respiro al Gobierno de De la Rúa
Bush promete el adelanto de 'dinero fresco' ya ofrecido por el FMI para apoyar la recuperación
De la Rúa estaba reunido con Blair en las cataratas de Iguazú, en la frontera brasileño-argentina, cuando la llamada desde Washington confirmó la llegada hoy a Buenos Aires del subsecretario del Tesoro de EE UU, John Taylor, en una misión de apoyo. El ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, subrayó la importancia de la visita del funcionario estadounidense, que puso como ejemplo del respaldo internacional a la Ley de Déficit Cero que entró en vigor el martes.
'Pedimos a los argentinos y al mundo una oportunidad a los que estamos trabajando para encontrar soluciones', reclamó el jefe del equipo económico argentino. Diez años después de la puesta en marcha de la ley de convertibilidad entre el peso y el dólar que enterró la hiperinflación, Cavallo desempeña de nuevo el papel de salvador que le atribuye el Gobierno. Bush expresó a De la Rúa su apoyo a las medidas de ajuste tomadas para hacer frente a la crisis, pero en la conversación no se habló de 'dinero nuevo', según dijo la Casa Blanca.
Las autoridades argentinas confían en un adelanto del FMI de los 1.200 millones de dólares (unos 230.000 millones de pesetas) previstos para septiembre y, sobre todo, en las gestiones del subsecretario Taylor, un buen conocedor de la realidad argentina que goza de las simpatías de Buenos Aires. Dicha cantidad deberá servir para apuntalar el plan de ajuste en un momento en que las reservas del Banco Central argentino han disminuido un 32% desde la llegada de Cavallo al Ministerio de Economía, en marzo pasado.
Además del dinero que aporte el Fondo Monetario, el Gobierno de De la Rúa espera otros desembolsos de hasta 4.500 millones de dólares procedentes del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y de España, cuyo Gobierno comprometió 1.000 millones de dólares cuando se firmó, a finales del año pasado, el conjunto de préstamos conocido como blindaje, por un monto de 39.000 millones de dólares. Hasta fin de año Argentina debe hacer frente a pagos de deuda que ascienden a 4.500 millones de dólares.
¿Qué pasa en Argentina?
El descrédito financiero argentino obliga al país a vivir día al día, con los ojos pendientes de los avatares de la Bolsa y de los caprichos de los mercados. Todo el mundo habla del riesgo-país, que trepa hasta niveles desconocidos. Lo medios de comunicación dan la voz de alarma, pero pocos aciertan a comprender qué pasa verdaderamente en Argentina. Los ciudadanos no entienden por qué los mercados responden tan negativamente si el Gobierno acaba de aprobar un severo plan de ajuste que obliga a la mayoría de argentinos a apretarse el cinturón. La marcada caída en la recaudación tributaria del mes de julio -un 8,7% inferior a la del mismo periodo del año anterior-, ha empujado a varias sociedades internacionales de inversiones a lanzar un fuerte ataque especulativo para agitar el fantasma del impago de la deuda externa de 128.000 millones de dólares y el fin de la convertibilidad. La embestida de quienes juegan con dinero ajeno es de tal magnitud que hasta el ex secretario del Tesoro de EE UU, Nicholas Brady, ha criticado a los operadores de Wall Street, a quienes ha acusado de 'bailar sobre la tumba de Argentina'.
Cavallo reiteró su conocida tesis de que mucha gente está convencida de que a los argentinos les irá mal y aseguró que todos aquellos que han apostado contra el país serán derrotados. De momento, sus palabras no se traducen en un cambio de actitud de los mercados. La Bolsa de Buenos Aires subía un 2,2% a una hora del cierre, frente a los 4,3 puntos de caída del miércoles.
Otro elemento que genera incertidumbre e inquietud entre los inversores es la falta de unidad política en momentos de grave crisis. El llamamiento del ex presidente Raúl Alfonsín a favor de un Gobierno de unidad nacional no ha recibido, de momento, más que un apoyo tímido de ciertos dirigentes, como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el peronista Carlos Ruckauf, quien ha dicho sí a la propuesta de Alfonsín 'siempre y cuando sea un Gobierno con un plan concreto'.
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