La agricultura ecológica se dispara

Antón de Gracia lleva 15 años dedicado a la agricultura ecológica, aunque en 1986, cuando empezó, no se llamaba así todavía Aquel año decidió que su ganado se criaría en el monte y se alimentaría solamente de los pastos de sus montañas y de una variedad de grano ecológico. Hoy vende con éxito la carne de sus 130 vacas, además de los kiwis y las peras que crecen, al igual que el ganado, siguiendo técnicas tradicionales, aprovechando la moda del cultivo ecológico.

Esta modalidad de agricultura ha sido en gran parte promocionada por las múltiples crisis alimentarias que han sacudido en los últimos años a las industrias agroalimentarias del viejo continente. Empieza a aparecer un miedo ante lo que comemos.

Y es que la agricultura ecológica consiste en eso, en no emplear los fungicidas y abonos químicos que emplea la agricultura moderna. Maider López, una joven productora guipuzcoana empleaba mariquitas para ahuyentar las plagas de cochinilla de sus grosellas y guano (estiércol de gaviota) para abonar las plantas. Una apuesta arriesgada cuando se compite contra la agricultura extensiva y contra los piensos de engorde. 'Cuando comenzamos a hablar de la agricultura ecológica hace años, nos consideraban unos locos, unos hippies, pero las recientes crisis alimentarias nos han dado la razón', asegura Patxi Montero, de la Federación de asociaciones de agricultura ecológica del País Vasco

Sin duda, las crisis alimentarias causadas por el mal de las vacas locas, los aceites de orujo de oliva con benzopireno y las hortalizas insípidas han contribuido a desarrollar en los consumidores un creciente interés por los productos agrícolas ecológicos, que se ha traducido en un aumento de las ventas y que posiblemente sea responsable tanbién del espectacular aumento en el número de productores ecológicos registrados en Euskadi: un 30% más que el año pasado, con lo que alcanzan ya la cifra de 1992. En breve esperan batir todos los récords.

Aumento de superficie

La superficie agrícola destinada a este tipo de producción también ha crecido un 30%, hasta las 517.000 hectáreas, el 1,4% de la superficie agrícola útil española. Pero esta cifra es pequeña si se compara con el 9% que se registra en Austria, o con el 6% de Italia. En el otro extremo está Alemania, muy sensible a las cuestiones ambientales, que se ha comprometido a dedicar el 20% de su superficie a la agricultura ecológica antes del año 2010.

'En Euskadi no se ha hecho una apuesta política por este tipo de actividad, aunque siempre nos reciben [en las administraciones públicas] con buenas palabras', se queja Patxi Montero. Una opinión de la que, naturalemente, discrepa Asier Albizu, director de Política e Industria Agroalimentaria del Gobierno vasco, quien asegura que 'es el sector agrícola al que más facilidades hemos dado desde su nacimiento'.

Esas facilidades a las que se refiere Albizu son, entre otras, las subvenciones, que financian al 50% las diputaciones y la Unión Europea y cuyo objetivo, según Montero, es el de compensar a los productores por las perdidas que la agricultura ecológica les ocasiona. 'A mí me cuesta un 70% más de lo normal criar a mis vacas, por el trabajo que conlleva el pastoreo y por el coste del cereal, pero sólo puedo aumentar el precio de mercado un 10 o 15%, si no no vendería nada', afirma Antón de Gracia.

Pero la subvención que recibe se otorga en función de la superficie de la explotación, y en Euskadi la mayoría son de pequeño tamaño. 'En otros lugares la gente se enriquece con las subvenciones, pero desde luego aquí no', subraya Montero.