El servicio secreto de Chávez atrapa a Montesinos en un barrio de Caracas

Prácticamente, medio Código Penal peruano es aplicable a Montesinos: desde el saqueo del erario público, tortura y contrabando de armas hasta narcotráfico, extorsión y desaparición de personas. La red de corrupción a sus órdenes no tiene precedentes ni conoció límites.

La Dirección de Inteligencia Militar (DIM) fue el organismo encargado de la detención de un hombre perseguido por la Interpol desde el 29 de octubre de 2000, y sometido a una reciente operación de cirugía estética de nariz y párpados para burlar a la justicia, según la prensa venezolana. A última hora de anoche no habían sido difundidos los detalles y las circunstancias en que se produjo la aprehensión.

La presencia en Venezuela de quien fuera el más estrecho colaborador de Fujimori en asuntos de espionaje, y en la destrucción del Estado de derecho, era un hecho, a juzgar por las recientes declaraciones y movimientos de policías y funcionarios de ambos países.

La confirmación de su captura corrió a cargo del propio jefe del Estado venezolano durante la clausura de la XIII Convención Presidencial Andina, en la que participaba Javier Pérez de Cuéllar, primer ministro peruano, que rápidamente viajó a Caracas para recibir información más precisa sobre la detención de un facineroso a quien se le calcula un botín de más de mil millones de dólares. 'Anoche, afortunadamente, le doy gracias a Dios, capturamos vivo a Vladimiro Montesinos. Me llamó el jefe de la DIM y me dijo: 'Mire, parece que es el hombre', dijo Chávez. 'Es un señor misterioso, jamás lo he visto, más allá de las fotos que la prensa ha publicado. ¡Cómo se tejieron leyendas de esto!'.

Las versiones sobre la supuesta protección oficial dispensada en Venezuela al proscrito, de calaña difícilmente superable, de acuerdo con los cargos que pesan en su contra, fueron descalificadas por el gobernante: 'Ya habrá quien estará diciendo: '¿Te das cuenta, lo tenía Chávez?'. Políticos de oposición insinuaron en su día que el presidente protegía al fugitivo porque facilitó asilo en Perú a 93 compañeros de causa participantes en el frustrado cuartelazo del 27 de noviembre de 1992 contra la presidencia del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez.

La prensa de Caracas difundió semanas atrás versiones sobre la apariencia y el paradero del evadido, cuya entrada el pasado año en el país fue reconocida en abril por el ministro del Interior, Luis Miquilena. Policías corruptos, admitió el funcionario, lo dejaron escapar. 'Incluso lo tuvieron en un hotel, casi listo para hacerlo preso, y lo dejaron ir'.

La operación de cirugía, de la que informó El Nuevo País de Caracas, habría sido practicada por el doctor Lorenzo di Sicilia el 13 de diciembre del pasado año. Dotado de pasaportes falsos y con dinero de sobra para comprar voluntades, la novelesca fuga de Montesinos comenzó a bordo de un yate privado y prosiguió por Costa Rica, islas de los Galápagos y el Caribe. A principios de mes se le situó en un refugio de los bosques de Piñero, a 370 kilómetros de Caracas, una reserva privada de 80.000 hectáreas habitada por ciervos, jaguares, pumas, toda clase de aves y 30.000 cabezas de ganado. La policía irrumpió en la finca, sin éxito. 'Si Montesinos estuvo aquí, fue como un fantasma, porque yo no lo vi', declaró el dueño, Antonio Branger.