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La quinta guerra balcánica se consuma en Macedonia

Ofensiva del Ejército al cumplirse el 10º aniversario del inicio de la desmembración de Yugoslavia

El Ejército macedonio aseguró ayer haber entrado en Aracinovo, localidad cercana a Skopje tomada por la guerrilla independentista albanesa desde el pasado 8 de junio, y que los soldados intentaban recuperar desde el pasado viernes. Según un portavoz militar, el coronel Blagoja Markovski, sus fuerzas 'estaban empezando a entrar en la localidad' e iban a iniciar 'el registro de las primeras casas'. El operativo de Skopje se inició el viernes, con intensos disparos de tanques, artillería y ametralladoras. El Gobierno justificó el ataque afirmando que tenía la 'obligación constitucional de proteger la integridad del territorio' nacional y eliminar la amenaza de la guerrilla sobre la capital. Por su parte, el Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Javier Solana, llegaba ayer a Macedonia para pedir el fin de los enfrentamientos entre las fuerzas macedonias y la guerrilla albanesa y hacer un llamamiento a 'reanudar el diálogo'. 'Me gustaría decir que el alto el fuego se puede conseguir, que se pueden interrumpir las operaciones militares y consolidar el diálogo entre los representantes políticos', aseguró Solana.

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Entre enfrentamientos armados y batallas diplomáticas por solucionar el conflicto, se cumple estos días el décimo aniversario de la guerra de Eslovenia, la primera de las guerras en las antiguas repúblicas de Yugoslavia, que modificaron el mapa de Europa. Las otras tres fueron la de Croacia, la de Bosnia-Herzegovina y la última en la provincia serbia de Kosovo, que engendró el protectorado administrado por la ONU. Aunque para algunos analistas, la actual contienda no sería la sexta ya que la quinta sería la de la Krajina.

Modelo de convivencia Hasta hace medio año, la antigua república yugoslava de Macedonia podía permitirse el lujo de haber logrado la condición de Estado sin derramamiento de sangre e incluso presentarse al mundo como modelo de convivencia de las minorías eslava y albanesa. La aparición y primeras acciones terroristas del llamado Ejército de Liberación Nacional (ELN), que en albanés lleva las mismas siglas -UCK- del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), han sacado de debajo de la alfombra toda la basura barrida durante la última década y amenazan con sumir a Macedonia, con 10 años de retraso, en la quinta guerra de las antiguas repúblicas de Yugoslavia.

En lo que va de año han salido a flote los resentimientos acumulados entre las dos naciones que conviven en Macedonia: una que se considera oprimida, los albaneses, y la de los acusados de opresores, los macedonios eslavos. Ya flotan en el ambiente conceptos y acusaciones de querer partir Macedonia y modificar, una vez más, las fronteras de los Balcanes. Se habla de nuevas entidades políticas: Gran Albania y Gran Bulgaria. Al mismo tiempo, el ruido de los cañonazos, el retumbe de los helicópteros de combate y las ráfagas de armas automáticas se escucha hasta en la capital, Skopje. Los alzados en armas del ELN han amenazado incluso con atacar el aeropuerto y puntos vitales de la capital, donde unas fuerzas policiales y militares incompetentes y mal armadas dan muestras de creciente nerviosismo.

La OTAN ha ofrecido intervenir en la incipiente guerra de Macedonia para desarmar a la guerrilla del ELN, pero sólo si antes se consigue un acuerdo político entre todos los partidos y los alzados lo aceptan de buen grado. No vaya a ser que se pierda la vida de algún soldado de la llamada comunidad internacional. El canciller de hierro Otto von Bismarck dijo un día: 'Todos los Balcanes no valen la vida de uno de mis granaderos de Pomerania'. Occidente, como quedó de manifiesto en la guerra de Kosovo, que concluyó tras 78 días de bombardeos sin una sola baja en las filas de la OTAN y varios miles de albaneses y serbios muertos, parece actuar según la máxima de Bismarck. Los políticos macedonios, eslavos y albaneses, viven enzarzados en un diálogo de sordos, empujados por Solana, empeñado en una tarea que parece imposible: parar la quinta guerra.

Para Kim Mehmeti, comentarista político albanés de prestigio en Macedonia, la pregunta de si el país se encuentra al borde de una guerra civil casi le da risa y responde: 'Macedonia no está al borde de una guerra civil, sino dentro. Hay dos partes enfrentadas en un conflicto étnico: la policía y el Ejército contra el ELN'.

Emin Azemi, director del periódico en lengua albanesa Fakti, sostiene que no se producirá una guerra civil, sino 'una matanza de albaneses cometida por macedonios. No hay un solo macedonio que no tenga un arma y los civiles albaneses no están armados'. En algunas paredes de Skopje ya se pueden leer algunas pintadas amenazadoras de signo nacionalista eslavo.

Un Sujoi SU-25 de la Fuerza Aérea de Macedonia, poco antes de aterrizar ayer en el aeropuerto de Skopje.
Un Sujoi SU-25 de la Fuerza Aérea de Macedonia, poco antes de aterrizar ayer en el aeropuerto de Skopje.AP

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