Mitos y falsas creencias en la práctica deportiva
El estudio científico de la actividad física, la única vía para delimitar realidad y ficción
¿Cuál es el mejor ejercicio para reducir barriga? ¿Engorda o adelgaza el entrenamiento con pesas? ¿Hay que sudar para que el ejercicio sea más saludable? No sólo las probables respuestas a estas cuestiones, sino también la variedad de preguntas que cualquiera se plantea ante el ejercicio físico, reflejan que los mitos y falsas creencias son moneda corriente. Sólo el estudio científico de la actividad física empieza a delimitar lo que es realidad y ficción, aunque a veces los nuevos estudios destruyen unos mitos para alimentar otros. Éstos son algunos de los más populares:
- Abdominales y barriga. Los ejercicios abdominales son apropiados para reducir la cintura. Contra lo que muchos piensan, esto es falso. Las flexiones y ejercicios similares aumentan la fuerza de los músculos abdominales y pueden mejorar la postura, pero su efecto sobre la grasa abdominal es muy limitado. La única manera segura para reducir la barriga es gastar más calorías de las que se ingieren.
Los estudios médicos permiten destruir algunos mitos pero pueden crear otros
- Sudor y lágrimas. El ejercicio ni debe ser doloroso o agotador ni debe hacer sudar para que sea saludable. Cualquier tipo de actividad física, ya sea bailar o dar un paseo, es beneficiosa.
- Duración e intensidad. La idea de que para quemar la grasa hay que hacer un ejercicio prolongado de baja intensidad es tan errónea como la contraria. Si se corre o camina rápido, se gastarán más calorías por minuto, pero lo que importa es el gasto final.
- Ejercicio aeróbico y muscular. El ejercicio aeróbico, que implica mayor consumo de oxígeno y aceleración del pulso, es beneficioso para todos; pero el de fuerza o desarrollo muscular también. El primero acelera el metabolismo y queman calorías a gran velocidad, pero el segundo también ayuda y disminuye la proporción de grasa corporal. Son complementarios.
- ¿Más hambre? El consumo de energía puede abrir el apetito, pero también es cierto que el ejercicio intenso puede suprimirlo, al menos por un tiempo. El sedentarismo, entre otros efectos nocivos, puede inducir a comer más entre horas.
- Aire libre, casa o gimnasio. Algunos estudios indican que muchas personas encuentran más fácil hacer ejercicio con los programas, compañía y regularidad que ofrecen los gimnasios que por su cuenta. Pero lo cierto es que el efecto beneficioso de la actividad física es independiente del lugar. Lo único que importa es ejercitar los músculos con regularidad.
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