Los ganaderos de toros de lidia aceptan que se incinere a las reses tras morir, a cambio de una indemnización

Los ganaderos de toros de lidia están dispuestos a aceptar que se incineren los astados tras morir en la plaza si el Estado les indemniza. Los empresarios renunciarían así 'temporalmente' al valor de la carne, que en la actualidad está en 60.000 pesetas por la res completa abierta en canal. La propuesta del secretario técnico de la Asociación de Ganaderos de Toros de Lidia, Adolfo Rodríguez, fue hecha pública ayer, tras la reunión de la Comisión Sectorial de Asuntos Taurinos, que ni siquiera trató el asunto de la incineración.

Rodríguez admitió a Efe que toda la carne de toro de lidia 'es de más de 30 meses, con lo cual habría que hacerle la prueba' de la enfermedad de las vacas locas. La dispersión geográfica de esta ganadería dificulta la toma de muestras y, además, la detección de algún caso supondría un desastre para el negocio del toro. El dirigente de la asociación aseguró que 'el sector estaría dispuesto a renunciar temporalmente al valor de la carne', retirarla del consumo y destruirla 'a cambio de una indemnización por parte del Estado'.

La posibilidad de la incineración de los toros no fue abordada ayer por la Comisión Sectorial de Asuntos Taurinos, dependiente del Ministerio del Interior. 'No se ha tratado porque esta comisión se encarga de aspectos relacionados con el espectáculo taurino, no de lo que se hace luego con la carne, que depende de los ministerios de Sanidad y Agricultura', aseguraron ayer fuentes de Interior.

En el orden del día de la reunión sí estaba, en cambio, el estudio del informe sobre la influencia en el toreo de la Decisión 2000/418/CE, relacionada con la enfermedad de las vacas locas. 'Pero no llegó a abordarse, ya que la reunión se centró en la reforma del Reglamento de Espectáculos Taurinos', según el citado portavoz. La decisión de la Unión Europea podría afectar al uso de la puntilla y el estoque de descabellar en la lidia, por entender que es similar al sacrificio mediante pitting, que consiste en introducir en el cráneo del animal una vara de hierro. 'La impresión de Interior es que la decisión no afecta al espectáculo taurino, por lo que el uso de la puntilla y del estoque de descabellar no debe prohibirse o cuestionarse', dijo el citado portavoz.