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Un semita y un singaporense

El trabajo avalado por el Museo de Arqueología de Álava necesitó de año y medio de colaboración entre los diferentes expertos y de la ayuda de prestigiosos laboratorios para llevar a cabo los análisis genéticos. Participaron el Instituto Weizmann y la Universidad Bar-Elan (ambos en Israel) y en el Laboratorio Chemex de Canadá. Además, para que no hubiera contaminaciones externas de los huesos prehistóricos, se cuidó hasta el último detalle: colaboraron dos operadores de ADN, un semita y un singaporense, de raza china. Los restos arqueológicos se extrajeron de los yacimientos de Iruña de Oca, Acha (Vitoria), Carasta (Caicedo Sopeña) y Las Ermitas (Espejo).

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