Un negocio de éxito
La patronal de las galerías independientes de arte de Mallorca publicó hace unas semanas una nota en la que se desmarcaba del caso Picó, sin citarlo. El poderoso negociante de arte Andrés Picó, ahora supuestamente implicado en la venta de obra gráfica falsa, ya declaró ante la policía en noviembre de 1990 por tener en su galería un cuadro atribuido falsamente a Miquel Barceló y otro auténtico del mismo pintor pero cuya firma había sido falsificada. Una década después del asunto de los falsos barcelós, Picó ha extendido con éxito sus negocios y tiene dos galerías de arte en Palma: las salas Jaime III y Andrés Picó. Supuestos dalís y mirós han figurado durante años en el mostrador de la primera galería, que antes fue una tienda de moda, situada justo debajo del local donde los herederos de Joan Miró tienen la sede de la entidad que protege sus derechos.
Babelia
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