El ADN revela la inocencia de un reo que falleció en el corredor de la muerte

Pasado criminal

Frank Lee Smith pasó 14 años condenado a la silla eléctrica en el Estado de Florida asegurando que era inocente, pero nadie le creyó. Pidió clemencia al gobernador y un nuevo juicio, pero no se lo dieron. Imploró que le hicieran pruebas de ADN, pero los fiscales y el juez se las denegaron porque estaban convencidos de su culpabilidad en el asesinato con violación de una niña. Sólo después de su muerte, hace 11 meses, le tomaron una muestra de sangre, cuyos resultados le han exonerado esta semana."Me está matando el pensar que voy a morir por un crimen que ha cometido otra persona", escribió Smith desde el corredor de la muerte. Poco después falleció de cáncer, a los 52 años. Su tía, Bertha Irving, ha revelado ahora la correspondencia denunciando que la justicia le olvidó "porque era negro".

Su proceso estuvo plagado de irregularidades. Cuando en 1989 la testigo principal se retractó e identificó a otra persona como el asesino, el detective del caso mintió para desacreditarla diciendo que no lo había reconocido al mostrarle la foto anteriormente (a pesar de que nunca se la enseñaron). En 1991, el juez Robert Tyson ratificó sin más la sentencia a la silla eléctrica y luego, siete años después, el Tribunal Supremo de Florida le destituyó a él por haber estado en tratos con la acusación.

La defensa comenzó entonces un proceso de apelaciones solicitando un análisis del ADN de Smith, pero los fiscales sólo accedieron a hacerlo después de su muerte. "Mi objeción a las pruebas del ADN fue porque yo estaba segura de que era culpable", dijo esta semana, a la agencia Associated Press, Carolyn McCann, la fiscal del caso. Smith tenía un pasado criminal que, según su defensa, contribuyó a la condena.La historia de Frank Lee Smith ha reabierto el debate sobre la pena de muerte en Estados Unidos, y muy especialmente en Florida. Barry Sheck, el abogado fundador de Innocence Project, un proyecto nacional de defensa de presuntos inocentes, dice que gracias a las pruebas del ADN se ha exonerado recientemente a 78 condenados, al menos 10 de ellos en las puertas de la ejecución. La cifra de los inocentes ejecutados es, según Sheck, imposible de determinar con certeza.

Las leyes de Florida no obligan a analizar el ADN. El gobernador de este Estado, Jeb Bush (hermano del presidente electo, George W. Bush), dijo ayer que pronto anunciará una reforma del sistema penal. En este Estado hay más de 300 condenados a muerte; uno de ellos, el español Joaquín José Martínez, al que el Tribunal Supremo le ha concedido un nuevo juicio por las numerosas irregularidades procesales de su caso.

A Smith lo condenaron por el asesinato de una niña de ocho años en Fort Lauderdale, al norte de Miami. El 14 de mayo de 1985, alguien violó y mató a Shandra Whitehead mientras su madre estaba trabajando. No hubo testigos directos y la única vecina que vio a un hombre merodeando por los alrededores identificó primero a Smith y luego se retractó cuando le presentaron la foto de otro hombre que ahora está en prisión por otros asesinatos. Las autoridades han reabierto esta semana el caso.