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SEGURIDAD ALIMENTARIA

España dejará de producir 400.000 toneladas al año

España produce anualmente alrededor de 400.000 toneladas de harinas cárnicas que representan entre un 2% y 4% de los piensos compuestos. Las 90 empresas del sector se dedican a la transformación en harinas de 1,5 millones toneladas de despojos que habrán de ser destruidos anualmente a partir de ahora.El sector estima en más de 50.000 millones de pesetas el coste de esta eliminación, cantidad que no incluye la reconversión del mismo ni la construcción de incineradoras (una planta media de este tipo cuesta unos 2.000 millones de pesetas en el Reino Unido) que habrán de ser destinadas a tal fin. Según datos de la Confederación de Fabricantes de Piensos Compuestos, sólo el coste inicial de la reconversión necesaria para sustituir la proteína animal por la vegetal ascenderá a 15.000 millones de pesetas. Estas harinas estaban prohibidas en España desde 1996 pero sólo para rumiantes.

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La Unión de Pequeños Ganaderos y Agricultores (UPA) comunicó ayer que exigirán un certificado a las fábricas de piensos garantizando que el producto no contiene harinas animales: "En la etiqueta sólo indican los porcentajes de proteínas, carbohidratos o grasas, pero nunca la procedencia de los mismos", afirma.

Por otra parte, añadir los intestinos a los materiales específicos de riesgo (MER) aumentará el volumen de éstos en unas 60.000 toneladas, según una primera aproximación elaborada por una representación de los ganaderos. Hasta ahora, estos materiales ascendían anualmente a 60.000 toneladas, 23.000 de las cuales procedían de cabezas sacrificadas de vacuno y 37.000 de animales muertos (bovinos, ovinos y caprinos) en las granjas.

La eliminación de estos materiales (cráneos, sesos, ojos, amígdalas, médula espinal, íleon y, a partir de ahora, intestinos) se efectúa en las plantas de transformación, cinco en toda España, cifra considerada insuficiente por los ganaderos. Las empresas transformadoras, de carácter privado, se encuentran en Ourense (Sugasa), León (Rebisa), Girona (Grefacsa), Castellón (Canet) y Valencia (Sebos Levantinos).

El proceso de transformación consiste en la recogida de los MER para someterlos a una presión de 3 bares a 800 grados durante 20 minutos, lo que les reduce a un 20% de su volumen. El producto resultante es conducido a vertederos autorizados o a incineradoras (según fuentes ministeriales no existen en España, aunque Sugasa de Galicia asegura disponer de una) donde es reducido a cenizas a 1.200º C. El destino de estas últimas son los abonos o los vertederos.

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