_
_
_
_
_

La empresa Aser insiste a las siderúrgicas para que reciclen los polvos de acería

Aser, la única empresa española dedicada al reciclaje de los polvos de acería, ubicada en Erandio, trata de convencer de nuevo a las acerías vascas para que accedan a tratar sus residuos en la nueva planta que proyecta en el Puerto de Bilbao. Hasta ahora, las siderúrgicas vascas se resisten a la oferta de Aser, ya que el tratamiento de este residuo les supone el doble de coste que la solución actual de depositarlos en un vertedero especial de Azkoitia. Pero este basurero estará lleno en el plazo de seis años y urge la búsqueda de otra alternativa.

Polvo importado

El polvo de acería es un residuo tóxico resultante de la producción siderúrgica, que en Euskadi genera cerca de seis millones de toneladas de acero. Las diez acerías vascas (Sidenor, GSB, Arregui, Tubos Reunidos, Marcial Ucín, Aristrain, Esteban Orbegozo, Nervacero, Altos Hornos de Bergara y la Acería Compacta de Bizkaia originan más de 750.000 toneladas de desechos; de ellas, entre 75.000 y 80.000 corresponden a los polvos. Esta cantidad no es real, porque no se contabiliza lo generado por las fundiciones que trabajan con acero. En estos casos sucede que a veces el polvo no se capta con filtros y, cuando sí se hace, se deposita en vertederos de residuos sólidos urbanos, por lo que está fuera de control.El reciclaje de los polvos de acería mediante el método empleado por Aser permite la obtención de zinc y plomo. "El resto de sus componentes queda reducidos a una escoria inerte que no representa ya ningún peligro para el medio ambiente", explica la empresa vasca. La virtualidad del proceso es que el zinc obtenido puede volver a ser utilizado. "En 13 años que lleva en funcionamiento, Aser ha devuelto al ciclo productivo alrededor de 250.000 toneladas de zinc", añade un portavoz.

Inversión condicionada

El problema de la empresa de reciclaje es que debe importar las 90.000 toneladas anuales de polvos de acería que trata, todas ellas de Alemania. Desde su fundación en 1987, ha pugnado siempre de conseguir el tratamiento de las casi 80.000 toneladas que generan en las acerías vascas. Pero el impedimento es de índole económico. "Aser responde a un esquema europeo de precios. Tiene una situación de cuasimonopolio de gestión de un residuo y el precio sale entre 20 y 25 pesetas por kilo. Por el contrario, llevarlo a vertedero nos supone por debajo de 10 pesetas el kilo", argumenta un directivo de la patronal siderúrgica.Por eso, las siderúrgicas vascas trabajan asociadas desde 1994 en Oñeder, una planta de inertización de residuos situada en Azkoitia: recogen el polvo de acería con filtros en sus instalaciones, lo inertizan (neutralizan sus componentes tóxicos) y lo depositan en un vertedero. El proyecto tampoco está exento de inconvenientes. El vertedero estará lleno en seis años y, en cualquier caso, las directivas comunitarias van a imponer próximamente grandes restricciones al depósito en basureros de resíduos suscentibles de ser reciclados.

Esta situación llevó el pasado año a las empresas siderúrgicas a a iniciar ensayos en una planta piloto con el objetivo de enriquecer el polvo de acería y reciclarlo de acuerdo con el sistema que utiliza Aser. El problema del residuo producido en la comunidad autónoma es que es mucho más pobre en contenido de zinc que el importado por Aser -un 15%, frente al 30%-, lo que implica un precio de reciclaje más elevado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pero el ensayo de las acerías se ha topado con problemas medioambientales, ya que un análisis del Instituto Nacional de Toxicología ha certificado la existencia de cadmio y plomo en niveles 48 y 818 veces, respectivamente, por encima de los límites permitidos en el pabellón donde se desarrolla el experimento. Este hecho ha alertado a los vecinos de Azkoitia sobre el potencial peligro del vertedero donde hasta ahora se deposita el polvo inertizado, donde también se han encontrado numerosas filtraciones de residuos tóxicos.

Es en este escenario en el que Aser ha empezado a hablar con las acerías vascas para ofrecerles un acuerdo global sobre el reciclaje de los polvos de acería. Sus planes pasan por instalar otra planta en terrenos del Puerto de Bilbao, con una inversión de casi 5.000 millones en una primera fase y 3.500 en una segunda. Aser espera disponer de todos los permisos administrativos para marzo y entonces decidirá si acomete su construcción.

Sus responsables no ocultan que está condicionada a que las acerías vascas lleven sus residuos a la futura planta. "Si no, no sería viable", señala un portavoz. En caso positivo, las obras empezarían el próximo año o el siguiente, a más tardar, con el objetivo de que para 2004 la planta esté en funcionamiento. La empresa proyecta crear posteriormente una segunda planta que supondría el cierre de la existente actualmente en Erandio. Con ambas en marcha, se reciclarían 200.000 toneladas anuales.En la patronal siderúrgica mantienen su escepticismo. "El sistema de tratamiento de Aser es el único que funciona ahora, pero no ha conseguido que todas las plantas siderúrgicas europeas vayan por ese camino [400.000 de las 742.000 toneladas de polvos de acería que se generan en Europa cada año se depositan en vertederos]". "Además, ese sistema tampoco resuelve el caso de las empresas que trabajan con chatarra de peor calidad, que genera poco zinc. La solución no es fácil y nos tiene a todos preocupados. Pero la vía no puede pasar por consolidar una situación monopolística", afirma un portavoz de las siderurgias..

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_