Miles de manifestantes lanzan un primer pulso al Gobierno por el alza del gasóleo

España vivió ayer el primer día de movilizaciones contra la escaladada de los carburantes, un conflicto que durante casi dos semanas ha amenazado con paralizar numerosos países europeos, especialmente Bélgica y el Reino Unido, donde las protestas fueron más radicales. Los consumidores dieron el primer aviso al Gobierno en Mérida y Barcelona. Las protestas reunieron a unas 5.000 personas y 1.000 vehículos en la capital extremeña, según los manifestantes (la policía local calculó 1.500 personas y 250 vehículos), y a otros 4.000 vehículos en Barcelona (menos de un millar, según otros cálculos). Las movilizaciones causaron atascos en ambas ciudades, pero según las autoridades de cada una, no hubo un colapso de la circulación.Este primer pulso se salda, pues, sin que ningua de las partes pueda cantar victoria. La Plataforma de Consumidores de Carburantes no ha coseguido que el Gobierno ceda ante sus reinvidicaciones. Pero el Ejecutivo tampoco se ha quitado el problema de encima. Después de las movilizaciones de ayer, la situación ha quedado en punto muerto hasta el lunes. Fernando Moraleda, portavoz de la Plataforma, declaró en Mérida que confía en que el Gobierno acepte sus reinvidicaciones la próxima semana, informa Jeremías Clemente. Es decir, que rebaje el impuesto especial que grava el gasóleo al límite que permite Bruselas (el Ejecutivo puede reducir en 4,90 pesetas el de automoción y 13,10 el agrícola), que introduzca la figura del gasóleo profesional (combustible subvencionado) y alivie fiscalmente a los sectores productivos afectados.

"Si el Gobierno es tozudo y no cede a nuestras peticiones, las movilizaciones se afrancesarán", espetó Moraleda. El Ejecutivo no piensa ceder un palmo más allá de las propuestas que ya ha hecho y que consisten en alivios fiscales para los sectores afectados.

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, dio la razón a los manifestantes al afirmar: "La gente que protesta tiene razón y se le ha de dar una respuesta".

El lunes habrá una reunión entre el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, y los portavoces de las organizaciones agrarias ASAJA, COAG, UPA y de las cooperativas agrarias (CCAE). No obstante, ninguno de ellos espera que Arias Cañete les diga que el Gobierno ha aceptado bajar el impuesto del gasóleo.

Estaba previsto que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, asistiera a su colega de Agricultura en la negociación con los agricultores, pero según fuentes de las asociaciones, en lugar de Montoro irán funcionarios de menor rango. Las mismas fuentes esperaban ayer que Montoro reflexionara durante el fin de semana y decidiera ir a la reunión, para que ésta no fuera una simple estrategia del Gobierno para ganar tiempo a la espera de que las cosas se enfríen.

Juan Antonio Millán, presidente de Fenadismer, la asociación de camioneros autónomos que junto a UPA encabeza la Plataforma, ha acusado en reiteradas ocasiones al Gobierno de intentar ganar tiempo para que el ejemplo francés quede lo más lejos posible en la memoria.

Pero la situación está cada vez más lejos de calmarse. Ayer, el sector pesquero gallego decidió que amarrará indefinidamente sus embarcaciones a partir del 2 de octubre. El gasóleo para el sector pesquero no está gravado con impuestos especiales, por lo que los pescadores exigen que se les alivie la situación a través de rebajas en las cotizaciones a la Seguridad Social. Una medida similar consiguieron los pescadores franceses hace dos semanas después de bloquear importantes puertos del país, en particular aquellos que permiten el acceso de vehículos británicos al continente. En la misma fecha en que los pescadores amarrarán sus barcos, los camioneros empezarán a dejar sin servicio a toda España. El miércoles pasado la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) convocó un paro nacional de 72 horas.

El Gobierno ha comunicado a los manifestantes que no es el momento de plantearse movilizaciones, debido a que hay un paquete de medidas en marcha para paliar la efectos del alza de los carburantes en los costes. Los sectores afectados, sean éstos agricultores, transportistas, taxistas o pescadores planean endurecer sus movilizaciones porque no creen que el Gobierno sea capaz de tomar medidas más contundentes de las que ya ha anunciado.