EE UU no ha prohibido aún el uso del material
A la española
Si la muerte de Rock Hudson fue en 1985 un aldabonazo mundial sobre el sida, la de Steve McQueen en 1980 alertó sobre el amianto: tenía 50 años cuando le mató un mesotelioma, tumor causado en el 80% de los casos por inhalación de amianto, y que afecta básicamente a la pleura.Sin embargo, en EE UU aún no se ha prohibido el amianto. Hay un reglamento de protección a los trabajadores expuestos que data de 1970. Pero sólo en 1985 se llegó a un acuerdo entre tres grandes empresas y sus aseguradoras para indemnizar a los afectados. Fue el final de la batalla emprendida por el prologuista de El amianto en España, el científico Irving J. Selikoff. "De 1940 a 1980", dice Selikoff, "más de 27 millones de estadounidenses estuvieron expuestos al amianto. Es un material de larga duración, pero no inmortal: se desintegra en el ambiente. Nadie más calificado para detectar dónde hay exposición que los trabajadores mismos".
Así sucedió en España: la primera denuncia de asbestosis pulmonar en España data de 1953. Las alertas partieron antes de sectores sindicales que sanitarios, y se centraron en principio en la empresa Uralita S. A., que precisamente el pasado julio ha sido condenada a pagar 19 millones a la familia de un obrero muerto por un tumor pulmonar. En junio murió el segundo trabajador de la cementera alicantina de Sant Vicent del Raspeig, del grupo Uralita, que ha sido denunciada por 60 casos de asbestosis pulmonar. Según Le Monde Diplomatique del pasado junio, en la base de Rota han muerto varios trabajadores y hay más afectados, pero EE UU elude su responsabilidad."Es urgente decidir qué hacer con la población que ha estado expuesta, y que en España, en los últimos 30 años, alcanza las 100.000 personas", dice Cárcoba, el coordinador del estudio de CC OO. Como caso irónico, recuerda que este sindicato denunció en 1999 que el edificio del Ministerio de Sanidad está contaminado de crocidolita, amianto de tipo anfíbol y por tanto prohibido: "La contaminación parte de los grupos electrógenos y de los sótanos y se distribuye por el sistema de aireación". En el informe se mencionan otros ejemplos históricos como el Corte Inglés de Valencia o el Palacio de Congresos de Madrid y se relatan casos tragicómicos, como el de 4.300 toneladas de amianto descargadas en Sagunto (Valencia) en 1994, pago desde Lituania a una partida de magdalenas enviadas por una empresa de Monzón (Huesca): sistema de trueque por falta de liquidez en el este de Europa, con el resultado de sacos rotos de amianto en un almacén saguntino.
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