Clinton se volcará para lograr la reanudación de las conversaciones de paz en Camp David
Decidido a convertir las negociaciones que hoy comienzan en el momento más trascendente de su carrera política, el presidente de EE UU, Bill Clinton, está dispuesto a encerrarse una semana entera en Camp David, la sede de las conversaciones entre israelíes y palestinos, para impulsar el acuerdo. Aunque se habla ya de una nueva cumbre en agosto, Clinton asegura que si no hay compromiso, puede haber más violencia en la zona. Los contactos previos entre las delegaciones, a los que asistió la secretaria de Estado, Madeleine Albright, sólo permitieron reiterar las posturas y ajustar cuestiones de procedimiento.
Los contactos entre los representantes de los líderes fueron fríos. Ahmad Korei, el brazo derecho de Yasir Arafat en las negociaciones, mantuvo una reunión con quien asume ese papel respecto a Barak, el ministro de Seguridad Pública, Shlomo Ben Ami. Según Korei, la reunión fue una "reiteración de las posturas, que no van a cambiar".En este panorama, entorpecido también por la fragilidad política que atraviesa Israel, Bill Clinton ha vaciado su agenda para tratar de exprimir al máximo la posibilidad de llegar a un acuerdo. Según la Casa Blanca, Clinton estará "la mayor parte de su tiempo" en Camp David durante una semana a partir de hoy. El día 19 emprende viaje hacia Japón, lo que de alguna manera pone un límite temporal a la cumbre. Albright residirá en Camp David durante el tiempo que duren las conversaciones.
En una carta publicada en el semanario Newsweek, Clinton pide a israelíes y palestinos que aprovechen la oportunidad de paz para evitar que los retrasos pongan en peligro el acuerdo. "Si las partes no aprovechan este momento para hacer progresos, habrá más hostilidad, más amargura y, quizá, más violencia", escribe Clinton. Según el presidente estadounidense, el éxito "ahora depende de decisiones que sólo los dos líderes pueden tomar". Clinton insiste en que no hay garantías de éxito, "pero no intentarlo garantizaría el fracaso".
Albright, que asumirá el papel de intermediaria, aseguró ayer que Arafat y Barak vendrán a Washington "dispuestos a hacer concesiones". Sobre la capacidad negociadora del primer ministro israelí tras sus problemas de política interna, Albright aseguró que fue elegido con "el mandato de hacer la paz" con los palestinos. Aunque muchos medios aseguran que de esta cumbre sólo saldrán acuerdos en cuestiones de segunda fila, Albright se niega a admitir que la diplomacia estadounidense esté ya preparando un segundo encuentro en agosto: "Eso no está entre nuestros planes", aseguró.
Para impedir las presiones y las filtraciones en este nuevo Camp David, los anfitriones han pedido a las delegaciones que no traigan teléfonos móviles.
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