Carne idónea para el tercer mundo

"Una vaca es muy cara; un pollo no, pero come maíz; un conejo come hierba, por tanto no compite con el ser humano". Así resume Agustín Blasco, organizador del VII Congreso Mundial de Cunicultura, el interés que puede tener la cría del conejo en países en vía de desarrollo. El congreso, en colaboración con la FAO, dedicará una sesión a este aspecto. "Una granja de conejos implica una modesta inversión económica. En países poco desarrollados el consumo de este animal aporta un suplemento proteico y permite frenar el problema de la malnutrición. El programa de la FAO en Papua Guinea le da dos conejas a cada familia. "Cada coneja pare 30 gazapos al año; seis personas pueden comer un conejo de dos kilos a la semana", explica René Branckaert, representante de la FAO en España. En otros países que han iniciado su desarrollo como Uruguay o Cuba se pueden montar pequeñas granjas de 30 ó 40 conejas como un pequeño negocio. Este año el congreso de cunicultura ha decidido destinar las 50 becas disponibles a los participantes procedentes de estos lugares que han tenido que presentar una colaboración sobre algún aspecto de la cunicultura de su país.