Desaforado
Pasados 27 años del golpe de Estado contra el régimen constitucional de Salvador Allende, la Corte de Apelaciones de Chile ha decidido despojar a Augusto Pinochet de su inmunidad parlamentaria. Es un fallo histórico contra el ex dictador chileno, que ya acumula un centenar de procesos abiertos; entre ellos, y principalmente, por ordenar los crímenes que cometió la llamada caravana de la muerte. El desafuero del senador vitalicio, decidido por una ajustada mayoría de los 22 jueces del tribunal y que en breve se hará público, no garantiza que Pinochet vaya a sentarse en el banquillo, pero sí establece un precedente decisivo a favor del Estado de derecho en Chile.El presidente Lagos adquirió, antes y después de su elección, el compromiso de impedir injerencias extrañas y amparar la actuación de la justicia chilena en los sumarios referidos a Pinochet. La democracia chilena demuestra así una capacidad que muchos ponían en duda para depurar las responsabilidades penales de un pasado todavía reciente. Sin que quepa la impunidad ante horribles crímenes, cada país debe encauzar como lo entienda y pueda sus transiciones hacia la democracia. En el caso chileno, la propia Corte Suprema ya ha dictaminado que la ley de amnistía no se aplica a los casos de secuestros de personas cuyos cadáveres no han aparecido, con lo que en principio hay material más que suficiente para encausar a Pinochet, a pesar de sus 84 años. Faltan por conocer los términos del fallo y ver si la defensa apela a la demencia senil para evitar un rosario de juicios contra el ex dictador. En el peor de los casos, ése es un argumento que acarrearía la extinción política de Pinochet.
La defensa tendrá antes la posibilidad de recurrir el fallo ante la Corte Suprema, que, por falta de renovación, está más controlada por el antiguo régimen. Y queda por ver cómo afecta al caso la reforma constitucional aprobada en abril que instituye la inmunidad para los ex jefes de Estado. La batalla judicial puede ser larga. Pero la Corte de Apelaciones ha dado un paso de gigante en un procedimiento que se inició en enero de 1998, al acusar el Partido Comunista Chileno al ex dictador de genocidio, secuestro, asociación ilícita e inhumación ilegal. Desde entonces, los casos se han ido acumulando, y sin duda la larga detención de Pinochet en Londres a instancias de la Audiencia Nacional española ha permitido un cambio de ambiente en Chile y favorecido las actuaciones del juez Guzmán.
El Ejército chileno, que pidió "prudencia, equidad y colaboración" al poder civil, debe aplicarse ahora estas líneas de conducta a sí mismo y demostrar que está dispuesto a respetar la actuación de los jueces.
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