Buenos Aires y Bogotá celebran el auge de la literatura en español en sus ferias del libro

Italia es el país invitado a la XIII Feria Internacional del Libro, que se inaugura el próximo miércoles 26 de abril en Bogotá. Cuatrocientos expositores de diez países se congregarán en una feria que está considerada como una de las más importantes de Latinoamérica.Valerio Massimo Manfredi, autor de la trilogía Aléxandros -un autor que permanece en la lista de los más vendidos de Colombia desde finales del año pasado-, es uno de los invitados en esta ocasión. Ofrecerá dos conferencias : El origen de los italianos y La exploración del Atlántico en la edad antigua.

Colombia tiene una fuerte industria editorial, situándose en el tercer lugar del mercado de America Latina, después de México y Argentina. Anualmente se editan en el país cerca de seis mil títulos. Alrededor del 90% del sector editorial colombiano estará presente en la feria, que, además de un fuerte movimiento comercial, ofrece paralelamente una gran actividad académica.

El tema central de este evento cultural será La pasión de leer: lecturas y lectores, y el encuentro internacional de escritores abordará el tema de la crítica literaria. Participarán, entre otros, Renato Minore, del Menssagero de Roma, el chileno Pedro Lastra y el ensayista y crítico argentino Noé Jitrik.

Italia, en su pabellón de país invitado exhibirá 101 carteles y 102 ediciones diferentes del Pinocho de Carlo Collodi y una muestra de los papiros y tablas que pertenecieron al emperador Adriano.

Premio a Mutis

Como todos los años, la feria servirá de escenario para el lanzamiento de libros y para la entrega de varios premios, entre ellos el premio italiano La Cultura del Mar, otorgado este año al autor colombiano Álvaro Mutis . El escritor italiano Francesco Agresti será el encargado de entregarle el premio el próximo 29 de abril.

La feria se realiza en medio de signos de reactivación de la industria editorial en el país, golpeada como todos los sectores económicos por una dura recesión. Se espera que se supere la cifra de público asistente, que el año pasado fue de 263.000 personas, y que la feria sea, como lo ha sido hasta el momento, una de las temporadas más altas de ventas de libros en un país donde el promedio de lectura no pasa de un libro anual por habitante y donde, como consecuencia de la fuerte crisis, se han cerrado más de 15 librerías en los dos últimos años.