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Los asesores de Blair aconsejan la clonación de embriones humanos con fines terapéuticos El Gobierno británico tomará una decisión en breve a partir del informe de su comité científico

Isabel Ferrer

El comité científico que asesora al Gobierno británico en materia reproductiva ha elaborado un informe que recomienda la aprobación de la clonación de embriones humanos con fines terapéuticos. El objetivo no es clonar seres humanos completos, sino utilizar los embriones clónicos para extraer cultivos de células madre, que son capaces de generar cualquier tejido del organismo. Existe un amplísimo consenso científico sobre la enorme utilidad de esta técnica para reponer tejidos dañados a pacientes de Parkinson, leucemia, infarto, enfermedades hepáticas, quemaduras y muchas otras dolencias.

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Dadas las repercusiones sociales y comerciales de estas investigaciones, los ministerios de Sanidad y Comercio e Industria anunciaron ayer que tomarán una decisión al respecto en los próximos días. Si el Gobierno acepta la recomendación del comité, el Reino Unido será el primer país del mundo que apoye públicamente la clonación de embriones humanos. Esos experimentos no están prohibidos en Estados Unidos, pero tienen bloqueada la financiación pública por decisión del Congreso.Según el rotativo The Daily Telegraph, que ayer avanzaba el contenido de la recomendación científica, Liam Donaldson, máximo responsable médico del Reino Unido, y su equipo de investigadores independientes reunidos a instancias del Gobierno, han acordado pedir la modificación de la Ley de Fertilización y Embriología Humana. Dicha norma, aprobada en 1990, prohíbe la clonación humana, ya sea con fines reproductivos o médicos (terapéuticos).

Decisión pendiente

El Ministerio de Sanidad, que ayer admitió estar desbordado por el interés desatado por el acuerdo de la comisión de expertos, subrayó que la decisión final la tomará el Gobierno. "Pero aún no hemos recibido oficialmetne el informe de su máximo representante médico", matizó un portavoz a este diario.

Robert Winston, uno de los mayores especialistas británicos en fertilidad humana y amigo personal del primer ministro, Tony Blair, se puso ayer de parte de Liam Donaldson. "Todo lo que se pretende es recoger tejido embrionario para luego obtener células que ayudarán a combatir enfermedades ahora mortales", dijo.

De la misma opinión participa la Asociación Médica Británica, representante oficial de los profesionales de la sanidad, que ya pidió una reforma legislativa al respecto en 1999. Sus recomendaciones excluían la clonación reproductiva y aconsejaban "aprobar sólo los trabajos que no puedan llevarse a cabo más que usando embriones clonados".

Las legislaciones de todos los países miembros de la Unión Europea prohíben actualmente la clonación de embriones humanos. Pero hay que señalar que estas normativas fueron desarrolladas para impedir la clonación reproductiva -esto es, la réplica de personas completas- mucho antes de que se demostraran las posibilidades terapéuticas de la técnica.

No fue hasta noviembre de 1998 que un grupo científico dirigido por James Thomson, de la Universidad de Wisconsin (EEUU) consiguió obtener cultivos de células madre a partir de embriones humanos de pocas semanas.

Thomson no usó embriones clónicos, pero la técnica de las células madre sólo resultará médicamente útil si empieza por una clonación. De este modo, los tejidos resultantes serán genéticamente idénticos a los del paciente y se evitará el rechazo inmunológico.

Pese a todo, el Gobierno británico tiene ante sí una decisión difícil. El bochorno causado por los lazos comerciales descubiertos en otro equipo asesor oficial, partidario de la clonación médica pero ligado a laboratorios como SmithKline Beecham y Glaxo Wellcome, han llevado a Sanidad a extremar la prudencia en este terreno. Además, grupos antiabortistas como Life hayan calificado de "asesinato" la clonación destinada a obtener cultivos celulares. "Se sacrifica a un ser humano para cosechar sus células", señaló ayer el presidente de esa asociación, Jack Scarisbrick.

Oposición religiosa

También es previsible una fuerte oposición religiosa. Ayer mismo, en el Vaticano, el papa Juan Pablo II se pronunció a favor de "la dignidad humana del feto" ante un congreso de ginecólogos. El Papa afirmó que "un niño debe ser absolutamente respetado desde que es concebido" y se opuso tajantemente a la posibilidad de destruir los embriones obtenidos por fertilización in vitro que no han sido implantados.

La clonación reproductiva, como la utilizada en el caso de la oveja Dolly, trataría de crear seres humanos idénticos. Por el momento, nadie ha planteado esta posibilidad en ningún país del mundo. En la clonación terapéutica, por el contrario, el embrión sería desechado por los investigadores 14 días después de haber sido clonado.

Los asesores científicos del Gobierno británico recuerdan que un embrión no se implanta de forma natural en el útero hasta pasadas dos semanas. De ahí que hayan tomado dicho plazo como guía para recoger las células madre capaces de convertirse en nervios, músculos, sangre o huesos, que podrían cultivarse luego en el laboratorio.

Otra posibilidad apuntada ayer por los expertos británicos sería aprovechar los embriones extra derivados de los tratamientos de fecundación artificial. De no implantarse, éstos acaban siendo almacenados a baja temperatura en las propias clínicas de fertilización.

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