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Salmones con código de barras

Tan sólo unos 80 de los más de 7.000 alevines de salmón común de un año que en los próximos días serán arrojados a las aguas del río Bidasoa volverán a su lugar de origen para reproducirse. Muchos, sin embargo, llegarán en su largo periplo vital hasta las costas de Irlanda, a casi 1.300 kilómetros en línea recta. Así lo hicieron, al menos, diez salmones adultos pescados en 1998 en el Mar de Irlanda y cuyo origen fue posible concretar merced a la señal de identificación con que son arrojados desde la piscifactoría de Oronotz Mugaire, en Navarra, en la que han comenzado esta semana las tareas previas de su marcaje.Este sistema de identificación consiste en la implantación en el hueso nasal del pez de una micromarca codificada de acero de 1,1 milímetros, que contiene seis códigos binarios que permiten reconocer a los salmones, incluso de manera individual.

El consejero de Medio Ambiente del Gobierno navarro, Javier Marcotegui, ha participado esta semana en el marcaje de los primeros salmones de la campaña del año 2000 destinados a la repoblación del Bidasoa, una tarea que comenzó en el año 1989 con el objetivo de controlar y conocer el número exacto de los peces que regresan al río para su reproducción. El consejero pudo marcar personalmente algunos alevines de apenas unos centímetros de longitud.

Durante los últimos diez años se han marcado un total de 88.904 salmones, y diez de ellos, pertenecientes al cultivo de 1996, fueron pescados en 1998 en el Mar de Irlanda. Para proceder a su marcado, los peces son previamente anestesiados. Después se les corta la aleta adiposa y se les implanta, uno a uno, la micromarca codificada de acero.

Los técnicos de Medio Ambiente del Ejecutivo foral explican que cuando se capturan salmones en las pesquerías del Mar de Norte y se observa que tienen la aleta cortada, automáticamente pasan al animal por un detector de metales para constatar si el ejemplar va codificado y marcado. Si es así, se remiten a su lugar de origen las muestras para colaborar en el programa de control de migraciones de los especímenes.

La empresa Gestión Ambiental inició la campaña de repoblación y marcaje del salmón del Bidasoa en 1989 para controlar la efectividad de las repoblaciones. La señal de alarma surgió tras el drástico descenso de la pesca de la especie en el río a fines de los años 60 y principios de los 70. Tras varios años de caída, 1982 supuso un punto de inflexión, ya que ese año no se logró pescar ni un solo ejemplar.

El próximo marzo se abrirá un año más la veda de la pesca del salmón en las frías aguas del Bidasoa. Cientos de pescadores pugnarán por pescar el primero de la temporada, privilegio que el año pasado correspondió al vecino de Lesaka José Esteban Telletxea, que sacó del río un ejemplar de 5,4 kilos y 80 centímetros que, como ocurre habitualmente, tuvo asegurada su venta a la cocina de un afamado restaurante.

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