Un laboratorio andante
La otra gran aplicación de la clonación está en las granjas. En el Instituto Roslin hay ya un rebaño de ovejas que produce en la leche la proteína humana alfa antitripsina, empleada para el tratamiento de la fibrosis quística y el enfisema. Son ovejas transgénicas: entre sus genes los investigadores han insertado uno humano que ordena la síntesis de esa proteína. El fármaco puede estar en el mercado a finales de 2001. Conseguir un rebaño permanente de animales transgénicos es un proceso largo y muy costoso. La alternativa es clonarlos, algo que también se ha hecho ya en el Roslin. Grifin opina que en un futuro se obtendrán así hasta una treintena de fármacos. Otra aplicación es obtener animales transgénicos cuyos órganos pueden ser usados para ser trasplantados a humanos: expresarían una proteína humana que minimizara la reacción de rechazo del cuerpo. Y en el reciente libro de Ian Wilmut -otro de los padres de Dolly- se sugiere otra aplicación: preservar la diversidad genética clonando especies en extinción.
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