¿Qué culpa tiene el tomate?

El sector hortofrutícola español ha acusado a la Comisión de la Unión Europea (UE) de no controlar las exportaciones de Marruecos hacia los países miembros y, concretamente, en los envíos de tomate.Los productores españoles consideran que Bruselas no dispone de una información correcta sobre el cumplimiento de las cuotas asignadas a ese país y reclama medidas más duras para evitar que Marruecos siga hundiendo los precios en los mercados comunitarios al aumentar de forma descontrolada el volumen de sus ventas.

El sector productor reclama la vuelta a los certificados de importación frente a las promesas de control planteadas por Bruselas.

El próximo miércoles, la llamada Plataforma para la Defensa del sector Hortofrutícola, donde se integran las organizaciones agrarias Asaja y Upa, la Confederación de Cooperativas y la Federación de Exportadores (Fepex), se entrevistarán con el ministro de Agricultura para analizar la situación. El sector tiene convocadas movilizaciones en las zonas productoras y baraja la celebración de una gran manifestación en Madrid.

Actualmente, el acuerdo con Marruecos supone para ese país la posibilidad de exportar a los países comunitarios, sin precios de entrada, un total de 150.676 toneladas desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo basándose en unos cupos mensuales, aunque se puede hacer un ajuste en caso de que en un periodo determinado no se cubriera el volumen fijado.

Hundimiento

Frente a esa cifra global, en la campaña anterior, según los datos manejados por el sector, Marruecos exportó más de 180.000 toneladas provocando en determinados periodos un hundimiento de las cotizaciones en los mercados comunitarios por un exceso de oferta.

A finales del pasado año, a instancias de los productores españoles, Bruselas puso en marcha un sistema de licencias para lograr un mayor control sobre las exportaciones de tomate procedente de Marruecos. Sin embargo, esa medida no ha prosperado ante las presiones del Gobierno de Rabat, que logró un acuerdo la semana pasada con el comisario de Agricultura y Pesca, Franz Fischler, por el que el sistema de licencias se reemplazaba por un seguimiento en aduanas de las entradas procedentes de ese país.

Este acuerdo fue ratificado por el último Comité de Gestión de Frutas y Hortalizas. El ministro de Agricultura español, Jesús Posada, expresó su satisfacción por el compromiso de que se vaya a establecer un seguimiento de las exportaciones de Marruecos, mientras que para Francisco Amarillo, responsable del área agraria del PSOE, es inadmisible que se mezclen las negociaciones pesqueras con las agrícolas. El PSOE ha expresado su rechazo hacia el nuevo mecanismo de control.

Para los productores y exportadores españoles de frutas y hortalizas, en las últimas fechas Bruselas ha puesto de manifiesto no disponer de datos propios sobre el comercio de Marruecos en el caso del tomate.

La propia Comisión Europea, en el primer acuerdo suscrito con el Gobierno de Rabat, manejaba unas cifras de importaciones entre octubre y enero, según los datos proporcionados por el Gobierno marroquí. Esos datos eran, sin embargo, mucho más bajos que los manejados extraoficialmente por Marruecos.

Negociaciones

Esta situación ha dado lugar a que la Unión Europea (UE) haya reabierto las negociaciones con el Gobierno de Rabat para decidir cuál será el volumen de importaciones a realizar en los meses de enero, febrero y marzo, en todo caso, muy por debajo de las 90.200 toneladas que se habían barajado en un primer momento.

Según los datos manejados por el sector productor español, desde el pasado 1 de enero, cuando se instauró el sistema de licencias para la importación del tomate marroquí, bajaron los envíos y se produjo una recuperación de los precios en los mercados comunitarios.

El sector acusa a Bruselas de no conocer realmente nada sobre el funcionamiento de este mercado tan importante para países como España y de hacer concesiones que solamente perjudican los intereses de los productores españoles.

Para la Federación de Exportadores (Fepex) es significativo que las exportaciones procedentes de un país como Marruecos, con cuota y sin precios definidos de entrada, se concreten entre los meses de octubre y de marzo, mientras que no funciona ese sistema a partir de abril. En este último mes es cuando ya entran en el mercado los tomates procedentes de Francia, país que sin embargo es en estos momentos el principal inversor en el país norteafricano.