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"Si vuelve Pinochet es mucho más fácil impulsar la causa de los derechos humanos en Chile"

Antonio Caño

ENVIADO ESPECIALHoras antes de que Londres anunciara que Augusto Pinochet no está en condiciones de ser juzgado, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Juan Gabriel Valdés, conversó con EL PAÍS en Santiago sobre el destino del ex dictador. Valdés, en unas declaraciones muy premonitorias, manifestaba su confianza en que el caso Pinochet quedara resuelto antes de que el próximo presidente de este país tome posesión en marzo. Sus esperanzas estaban depositadas, sobre todo, en la sensibilidad del Gobierno británico hacia los riesgos que supondría para Chile la muerte de Pinochet en Londres. Es una "locura", dijo, "la idea de que Pinochet va a decir que aquí nadie va a los tribunales". Valdés afirma que, con su regreso, será más fácil impulsar la causa de los derechos humanos en Chile.

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Pregunta. ¿Ve usted ahora más posibilidades de que Pinochet sea entregado a Chile por razones humanitarias?

Respuesta. En seis meses más, Pinochet puede tener dos derrames cerebrales, y es muy incómodo enviar un catafalco para Chile. Si a eso le agregas que los ingleses saben que después de marzo la voluntad del Gobierno de Aznar, en el que caso de que gane las elecciones, de convertir el caso de Pinochet en un asunto central de su política exterior no va a ser tan grande, la pregunta es quién gana con seguir con esto.

P. Puede que gane la causa de los derechos humanos.

R. La causa de los derechos humanos es una causa muy importante. Yo no creo que fuera difícil pensar que si ganara Joaquín Lavín la causa de los derechos humanos no va a tener la misma velocidad que si ganara Lagos. Y en esto creo que hay una ecuación clara que tiene que ver con el caso Pinochet: a más tiempo Pinochet fuera, más difícil resulta impulsar la causa de los derechos humanos aquí. Si vuelve Pinochet es mucho más fácil impulsar la causa de los derechos humanos aquí.

P. Eso nos lleva de nuevo al temor de que no existan en Chile condiciones políticas para juzgar a Pinochet.

R. La idea que tiene mucha gente fuera de que Pinochet está en condiciones de volver aquí, dar un golpe en la mesa y decir aquí no va nadie a los tribunales es una locura.

P. ¿Qué consecuencias podría tener en Chile la muerte de Pinochet en Londres?

R. Su muerte en Londres supone un riesgo muy alto de violencia en Chile, supone un riesgo para el desarrollo de una relación muy importante y cada vez más estable con las Fuerzas Armadas y supone entregarle a la derecha un héroe y un semidiós. Yo no quisiera imaginarme el regreso del cadáver de Pinochet envuelto en una bandera. ¿Qué le van a decir a la mitad del país? Hay que recordar lo que significa que toda la cúpula empresarial acudiera a visitar a Pinochet en el aniversario del golpe de Estado. Nos están haciendo un flaco favor.

P. ¿Cree que la detención de Pinochet ha favorecido electoralmente a Lavín?

R. Yo creo que sí, porque le quitó un enorme fardo de encima a la derecha. Eso le ha permitido a la derecha que cuando les preguntas por el Gobierno militar te digan que ellos no saben nada, que ellos están mirando hacia el futuro. Eso ha permitido que cuando les preguntas qué van a hacer con Pinochet si regresa, te dicen que ése no es problema suyo, que es un problema de los tribunales. Ese discurso no lo hubieran podido hacer jamás con Pinochet aquí. La ausencia de Pinochet, como me dijo uno de ellos, le quita a la derecha la necesidad de cargar con una mochila llena de piedras. Yo no quiero decir con esto que el hecho de que haya favorecido a la derecha y haya perjudicado a Lagos suponga que ha perjudicado a la causa de los derechos humanos; esto no es una suma cero.

P. ¿Quiere decir que sí se han conseguido algunos avances en la defensa de los derechos humanos gracias a la detención de Pinochet?

R. Es verdad que la detención de Pinochet provocó un resurgimiento de la causa de los derechos humanos. Hoy hay más de 200 oficiales del Ejército que han pasado por los tribunales. Pero el problema es que, además de eso, se nos sigue exigiendo más y más desde el exterior.

P. ¿No cree usted que el Gobierno de España es el primer interesado en que Pinochet vuelva a Chile?

R. Creo que estamos en un punto en el que todos los actores de este caso tienen ya claras las consecuencias posibles. Tanto el Gobierno británico como el de España han expresado de distintas maneras que el asunto debería llegar a su fin, y que deberían reactivarse los esfuerzos para que el proceso siga en Chile y que el general Pinochet vuelva a Chile. Esa voluntad se trasluce en distintas conversaciones que yo he tenido y que otros han tenido con autoridades de los dos países.

P. ¿Pronostica usted, por tanto, que el final del caso está próximo?

R. Lo que yo quiero decir es que la solución definitiva de este caso tiene que ser una solución chilena. Cualquier solución que llegue desde el exterior será vista aquí como una solución artificial, insuficiente. Hay que dejar que los chilenos hagamos justicia.

P. ¿Van a hacer justicia los chilenos?

R. Las causas que llevan en Chile el juez Guzmán y el juez Muñoz están adelantadas de tal manera que deberían llevar a un punto en que el general Pinochet sea encausado. Esos procesos están muy avanzados. Yo preveo que el curso de los acontecimientos pueda llegar a un encausamiento de Pinochet en Chile. Esas causas se verían desde luego muy favorecidas si el general Pinochet es devuelto a Chile.

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