_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El valor de la sencillez

Antonio Caño

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Jorge Edwards es un hombre humilde a quien este premio habrá sorprendido más que a nadie. Nunca ha querido tener más protagonismo que el que adquirió por su relación personal con Pablo Neruda, de quien fue ayudante cuando el poeta ejerció como embajador en París, a comienzos de los setenta. En sus maneras prudentes, muy chilenas, Edwards ha demostrado, no obstante, un gran atrevimiento. No puede entenderse de otra forma la fuerte crítica a la revolución cubana -insólita en la época- vertida en su libro Persona non grata, editado por primera vez en 1973. No está lejos de esa osadía la discrepancia manifestada por Edwards con la actuación del juez Garzón contra el general Pinochet, que él consideró regocijante para su corazón, pero lesiva para la transición chilena.Edwards acaba de ser reconocido al más alto nivel como escritor, pero es indiscutible como cronista, como hombre de mundo, de amplios horizontes mentales y de refrescante libertad de criterio. Hizo la habitual transición de su militancia allendista y sus ilusiones en el París del 68 hasta la reflexión madura y más conservadora con que juzga los acontecimientos de hoy. Pero lo ha hecho con la discreción y la sencillez que lo definen como persona y como pensador.

Más información
Un sondeo, cuatro votaciones y dos horas
Elogios para una prosa versátil y bella
Persona grata
Una vida entre la literatura y la política
Jorge Edwards, el viejo dandi de la literatura chilena, obtiene el Cervantes
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_