Procesados por homicidio otros dos generales de la dictadura chilena

El juez chileno Milton Juica procesó ayer por homicidio a la plana mayor de la Central Nacional de Informaciones (CNI) en junio de 1987. Entre los procesados hay dos generales y un brigadier de Ejército a los que se acusa de las 12 ejecuciones llevadas a cabo en aquella fecha en el marco de la llamada Operación Albania. Se trata del mayor golpe que los tribunales han asestado a la CNI, el principal aparato represivo que tuvo entre 1978 y 1990 la dictadura de Augusto Pinochet. La resolución del magistrado Juica, integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago, sometió a proceso por secuestro y homicidio al general Hugo Salas, ex director de la CNI, como "ideólogo" de estos asesinatos, al general Humberto Leiva, número dos de ese organismo, como cómplice en el delito, y al brigadier Marcos Derpich, tercero en el escalafón de la CNI, en calidad de encubridor. Otros cinco ex agentes fueron también procesados.

Fuentes judiciales consideran que, por el carácter del procesamiento y el tipo de delito, el juez Juica debería dictar orden de detención en contra de los tres altos oficiales, que actualmente se encuentran en situación de retiro. Con esta resolución se eleva a siete el número de generales del Ejército del periodo de Pinochet que están condenados o encausados en distintos casos de violaciones de los derechos humanos cometidos en la dictadura.

La Operación Albania fue un asesinato planificado por la CNI, según la resolución del juez. Las 12 víctimas, que murieron acribilladas a sangre fría en cuatro lugares diferentes de Santiago, algunos a plena luz del día y en la calle, entre el 15 y 16 de junio de 1987, eran militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, un grupo guerrillero que emergió de las filas comunistas para combatir con las armas a la dictadura. Según el juez, y las denuncias que hicieron los familiares de las víctimas, al menos nueve de ellos fueron secuestrados primero por la CNI antes de ser asesinados, simulando un enfrentamiento. El régimen presentó el caso como un "triunfo" de la lucha contra la "subversión extremista".