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LOS PRESUPUESTOS DEL 2000

Almunia critica la falta de sensibilidad social del Gobierno al elaborar los Presupuestos

El vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, y el candidato del PSOE a La Moncloa, Joaquín Almunia, protagonizaron ayer en el Congreso, en el debate sobre los Presupuestos para el 2000, el primer cara a cara entre PP y PSOE de la larga precampaña de las legislativas de la próxima primavera. La vertiente social de los Presupuestos fue el eje de la discusión. Mientras Rato se vanagloriaba de que "por primera vez en una legislatura no hay recorte social", Almunia tachó los Presupuestos de "insolidarios y carentes de sensibilidad social" y criticó la política "retrógrada y reaccionaria" del Gobierno.

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En la jornada de ayer y en la de hoy, el Gobierno afrontará las peticiones de rechazo a los Presupuestos Generales presentadas por el PSOE, IU y el Grupo Mixto. Pero la expectación del primer día estuvo en el cara a cara entre Rodrigo Rato y Joaquín Almunia, que emplearon un tono ácido e irónico aunque sin rebasar los parámetros parlamentarios razonables. En ningún momento las muestras de apoyo y de rechazo, todas ellas sonoras, obligaron al presidente del Congreso, Federico Trillo, a emplearse a fondo para poner orden.El representante del Gobierno apreció enseguida que el líder de la oposición atacaba los Presupuestos por la vertiente social y decidió no echarse atrás. Almunia reprochó al Ejecutivo haber elaborado unos Presupuestos "insolidarios y carentes de sensibilidad social" lo que le resultó lógico viniendo de "retrógrados y reaccionarios". Rato replicó: "Esta es la primera legislatura en la que no hay recorte social y ustedes nunca podrán decir lo mismo".

Las referencias del vicepresidente a los Gobiernos socialistas fueron constantes y algunos dardos fueron lanzados directamente a Almunia por su etapa al frente del Ministerio de Trabajo. "Estoy seguro de que a usted le hubiera gustado dejar el ministerio sin los 684.000 parados más que cuando llegó", señaló Rato con tono de sentimiento.

El responsable de Economía y Hacienda basó su discurso en el actual estado de la economía española, parcela por parcela y con constantes acotaciones a cómo estaba cuando el PSOE perdió el poder en 1996, para intentar demostrar el éxito de los populares allí donde fracasaron los socialistas. Rato recordó la entrada en el euro, puntualizando que cuando el PP llegó al poder no se cumplía ninguno de los requisitos para ingresar en la Moneda Única; la reducción del déficit y la deuda desde 1995, y recordó los problemas de la Seguridad Social, que, según su opinión, "estará este año cerca del equilibrio y en el 2000 alcanzará el superávit".

A la cuenta de logros sumó la creación de empleo y el descenso de la tasa de paro del 23% al 15%; la reducción del déficit público - "que podría ser superávit a partir del año 2001"-, y la seguridad del sistema de pensiones.

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Y si Rato echó mano del pasado socialista, el PSOE dejó claro que en todos sus debates incluirá una crítica a los informativos de TVE y otra al portavoz del Gobierno, Josep Piqué, a quien acusan de hacer ingeniería fiscal para pagar menos impuestos. "Un Gobierno con esta visión tributaria es lógico que escoja a sus colaboradores entre los infractores fiscales, y que a tal Gobierno le ponga el rostro todos los viernes un discípulo del profesor Pedrós", dijo Almunia, en alusión al dimitido presidente del ICO, envuelto en un caso de irregularidad fiscal.

Además, el secretario general del PSOE aprovechó el debate para enumerar propuestas alternativas a las de Rato. "Frente al regalo a las compañías eléctricas de un billón de pesetas, yo hubiera bajado un 4,5% más las tarifas; frente al recetazo, hubiera prescrito la extensión de los medicamentos genéricos; frente a la reducción del poder adquisitivo de los maestros, sanitarios, carteros, policías... Yo hubiera incluido en este Presupuesto la compensación que se les debe por la desviación de la inflación; frente a la disminución de tributos por plusvalías, yo hubiera aumentado las pensiones mínimas".

Un año perdido contra la inflación

El control de la inflación fue ayer el punto flaco del discurso de Rodrigo Rato. Pasó por el asunto como sobre ascuas ante las críticas del secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, quien le echó en cara que 1999 va a ser "un año perdido" en la lucha contra la inflación. La previsión inicial del 1,8% ha sido revisada al alza por el Gobierno hasta el 2,4%, y los expertos estiman que llegará al 2,6% o el 2,7% al final del ejercicio.Rato le respondió que España tiene un nivel de precios comparable con "Holanda y EE UU" países que, ironizó, no cree "que se estén cayendo". Almunia aseveró, por su parte, que la economía española pierde competitividad con una inflación que dobla la del resto de socios del euro, lo que se traduce en un fuerte deterioro del comercio exterior, ya que ahora no se puede utilizar el tipo de cambio para el control de los precios. La inflación, añadió, "es el impuesto más injusto porque perjudica más a los menos poderosos".

El titular de Economía le replicó que "por primera vez, cuando se le exige al Gobierno un mayor control de la inflación, el Gobierno no pide esfuerzos adicionales a los trabajadores (...) se pide un esfuerzo mayor a quienes tienen mayores beneficios".

Para Almunia, el Gobierno se resiste a admitir la evidencia, "empeñados como están en hacer coincidir la realidad con sus pronósticos". "Si la inflación se dispara, la culpa es del petróleo o de los pollos, aquejados de un virus felipista; al contrario que la patata, que observa un intachable comportamiento centrista y está cada vez más barata", ironizó.

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