Último escollo de Aznar para iniciar una larga precampaña
La aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2000, que Gobierno y PP dan por supuesta con los respaldos de sus socios CiU y Coalición Canaria, se ha convertido en el último Rubicón que tendrá que superar José María Aznar para llegar a la extinción de la legislatura. En cuanto Aznar haya sobrepasado este trámite, con algún disgusto como la fuga al Grupo Mixto, hoy mismo, de los parlamentarios del Partido Aragonés (un diputado y tres senadores), en el PP ya tienen diseñada la estrategia para afrontar los próximos meses de larga precampaña electoral hasta las Navidades. La opinión extendida en el PP es que Aznar disolvería entonces (probablemente el 11 de enero) el Parlamento, para dar el pistoletazo de salida a la pugna electoral contra Joaquín Almunia y fijar la fecha de las elecciones para el 5 de de marzo.El PP se volcará tras esta semana de debate presupuestario en tareas internas y preparatorias de la inminente y prolongada precampaña de las próximas generales. Se empleará noviembre y diciembre, por un lado, en peinar el programa. Ya se ha avanzado algo en los criterios generales y en la composición del equipo que lo cocinará, en permanente vigilia desde La Moncloa y la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Aznar ha pedido mucha atención sobre propuestas que faciliten la creación de empleo y la equiparación de la mujer en el mundo laboral.
Campaña sobre pensiones
El PP, además, revitalizará en estos meses la batalla con el PSOE sobre el polémico asunto de las pensiones. El área de Acción Sectorial del partido se propone desarrollar precisamente hasta diciembre la promoción -en actos, convenciones y publicidad- más costosa jamás abordada fuera de unas elecciones sobre los logros del Gobierno en materia de pensiones. Méritos que se contrapondrán a las calamidades que se achacan a los Gobiernos del PSOE y que se detallan, en los ya famosos argumentarios del PP, en aspectos concretos de la gestión de Felipe González y Joaquín Almunia. Sobre la "encrucijada" de Almunia se recalcará que "antes de luchar por La Moncloa tiene que demostrar que puede gobernar su casa". Y se le intentará salpicar con casos de corrupción del PSOE.
Oficialmente, en el PP se defiende que a Aznar no le conviene una campaña tensa y dura, y sí esgrimir su labor de Gobierno para beneficiarse del plus que en casi todas las elecciones los ciudadanos conceden al partido en el poder. Creen que así revertirán la caída de votos del PP en Cataluña. Sobre la fecha precisa de las elecciones, la dirección del PP resta relevancia a que se adelante unas semanas.
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