La apuesta latinoamericana
La nueva entidad resultante de la fusión BBV-Argentaria contará con una importante presencia en América Latina, región por la que las entidades financieras españolas han apostado con fuerza en los últimos años. Tal apuesta se ha traducido en los dos últimos ejercicios en un auténtico duelo entre los dos grandes grupos BBV y BSCH por aumentar y consolidar su presencia en el área.Tras la fusión, el nuevo BBVA tiene el 5,1% de la cuota de mercado del área y gestionará el 31% de las pensiones en América Latina (3,13 billones de pesetas, con 10,6 millones de partícipes) con una posición de liderazgo.
Argentaria, a través del Banco Exterior, fue precisamente de los primeros bancos españoles en examinar las posibilidades de inversión en América Latina. Sin embargo, se quedó un tanto atrás en la carrera respecto al BBV y al actual BSCH y se centró en el área de previsión social, sobre todo en Bolivia y en Argentina. Argentaria cuenta con 16 oficinas del Banco Exterior (Bex) en países de América del Sur, 10 en América Central y con gestoras de pensiones en Argentina y Bolivia. Dispone también de oficinas especializadas en banca comercial en Panamá y Paraguay. Controla, además, el 20% de Extebandes.
El BBV, por su parte, concretó el pasado año su objetivo en América Latina: disponer de 3.000 oficinas (ahora tiene 2.284, con 47.521 empleados), con presencia en todos los países significativos. Para ello anunció un plan de inversiones de más de medio billón.
El BBV tiene presencia en Puerto Rico, Panamá, México (70% de Probursa), Perú (37,6% del Banco Continental), Colombia (59% del Banco Ganadero), Argentina (Banco Francés Río de la Plata, Banco de Crédito Argentino), Venezuela y Brasil.
Los fondos propios del BBV en entidades de la región se elevaban a principios de año a 2.000 millones de dólares (más de 300.000 millones de pesetas), con unos activos cercanos a los 36.000 millones de dólares (5,6 billones de pesetas).
La crisis financiera que azotó la región en septiembre del pasado año no varió ni un ápice la estrategia del BBV. En lo peor de aquella crisis, la entidad reafirmó su decisión de conservar todas sus inversiones en la zona. Y ello a pesar de que, según los propios datos del banco, de julio de 1996 a julio de 1998, el saldo entre el conjunto de saneamientos y provisiones del grupo en sus filiales latinoamericanas y los beneficios que llegaban de las mismas era negativo en unos 134.000 millones de pesetas. Para sanear sus participaciones en la región en 1998, la entidad apartó más de 240.000 millones de pesetas.
La fusión del Banco Santander y el Central Hispano, en enero de este año, reveló que las inversiones en América Latina de ambas entidades eran en buena medida complementarias. La fusión hizo al grupo especialmente fuerte en cuatro países: Argentina, Chile, México y Perú.
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