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Alemania ofrece medio billón de pesetas de indemnización a los "esclavos" del nazismo

Pilar Bonet

Un total de seis mil millones de marcos (504.000 millones de pesetas) es la oferta que ayer presentó el Gobierno alemán a los esclavos del nazismo, es decir, a las personas que fueron obligadas a trabajar al servicio de la economía alemana en la época de Adolf Hitler. La suma fue conocida ayer en Washington durante las negociaciones que mantenían en aquella ciudad el representante del Gobierno federal alemán, el conde Otto Lambsdorff, y los de las víctimas. La oferta, que quizá no será la última, fue acogida con decepción por los abogados de los afectados.

Para mediados de noviembre está prevista en Bonn una nueva ronda de estas negociaciones, en las que participa también el Gobierno de EEUU, un enviado de Israel y representantes de países del Este de Europa.La propuesta alemana contempla una dotación de 6.000 millones de marcos para la fundación Recuerdo, Responsabilidad y Futuro. De esta suma, los empresarios aportarán 4.000 millones y el Gobierno federal, otros 2.000 millones. Entre las diversas partidas en las que se dividirá el capital, destacan 2.200 millones de marcos para indemnizar a quienes realizaron trabajos forzados en campos de concentración; 2.000 millones de marcos para los otros trabajadores forzados; 400 millones para víctimas de los experimentos médicos y 700 millones para un fondo destinado al futuro.

Según los cálculos alemanes, unos 220.000 trabajadores de los campos de concentración recibirán una cantidad de 10.000 marcos (850.000 pesetas) por cabeza y otros 450.000 trabajadores forzados serán indemnizados con 3.000 marcos cada uno.

Los abogados de las víctimas tienen otras cifras, ya que basan sus cálculos en los precedentes creados por tribunales alemanes que han concedido indemnizaciones individuales comprendidas entre los 13.000 y los 15.000 marcos. Los letrados quieren triplicar estas sumas para los antiguos trabajadores forzados.

Tras la llegada al poder del Gobierno de coalición rojiverde, los grandes industriales alemanes decidieron abordar conjuntamente las reclamaciones individuales con las que eran bombardeados por parte de diferentes asociaciones judías y víctimas individuales. Su fin era acabar con las reclamaciones de una vez por todas y mejorar su imagen internacional.

Bajo los auspicios de la cancillería federal, los industriales decidieron crear una fundación para solucionar el problema que afecta a un millón de personas. Según dijo ayer en Washington el abogado Edward Fagan, se trata de 680.000 personas que trabajaron en la industria y 250.000 en los campos de concentración.

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Hasta ahora, la cuantía de las indemnizaciones reclamadas por las víctimas llegan a 36.000 millones de marcos.

Aunque se trata de una cifra negociable, las concesiones no descienden por debajo del listón de los 10.000 millones de marcos, es decir, 4.000 millones de marcos por encima de lo que ha ofrecido la parte alemana. Wolfgang Gibowski, el portavoz de la fundación de la industria consideró, no obstante, que había buenas posibilidades de llegar a un acuerdo. La fundación, señaló, está interesada en iniciar los pagos cuanto antes, dada la avanzada edad de los damnificados y la posibilidad de que muchos de ellos mueran mientras se negocia.

Los representantes de las víctimas reaccionaron con desencanto e incluso con indignación. Se trata de un "insulto" no solo para los afectados, sino también para Alemania, dijo Fagan. "Es una oferta inaceptable", señaló el abogado Michael Witti. La oferta, sin embargo, puede no ser la última.

"Es una suma considerable", dijoLambsdorff, quien, antes de revelar la cifra, había admitido que esperaba críticas,pero no la ruptura de las negociaciones. La víspera, Mel Weiss, el portavoz de los abogados de las víctimas, había confirmado que se había producido un acercamiento en las posiciones y que los alemanes estaban dispuestos a negociar.

Compensaciones

Los industriales esperan que un acuerdo sobre las compensaciones a los antiguos esclavos del nazismo acabe con las pretensiones legales de otros posibles afectados. Michel Friedman, miembro del Consejo Central de los Judíos, calificó la oferta de "buen paso", pero afirmó que la suma ofrecida "no puede ser la última palabra".En una entrevista con el diario Stuttgarter Nachrichten, Friedman dijo que es necesario que la industria alemana participe en la fundación de una forma más masiva que hasta ahora y afirmó que resultaba intolerable que las empresas que se aprovecharon del trabajo forzado durante la guerra se escabullan de sus responsabilidades.

Los abogados de las víctimas repartieron ayer en la mesa de negociaciones en Washington una lista en la que se contienen los nombres de más de 50 empresas, así como la cuantía de su patrimonio y sus valores en la Bolsa.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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