La inspección pide a los exportadores de cítricos tranquilidad para comenzar bien la campaña

Aguantar los envites del mercado y evitar el nerviosismo son claves ante el inminente inicio de la campaña de cítricos. El hecho de que este año el índice de maduración esté más adelantado que en la anterior puede influir en los exportadores a la hora de adelantar la campaña. Sin embargo, desde el Centro de Inspección del Comercio Exterior (Soivre) se recomienda tranquilidad, ya que el envío de cítricos sin la calidad suficiente por un exceso de precipitación puede arruinar el arranque de campaña. Con todo, el sector está concienciado tras los errores del pasado. En campañas pasadas, especialmente hace dos temporadas, la precipitación de los exportadores de cítricos provocó una caída de los precios en el mercado comunitario. La razón es bien sencilla: las naranjas llegaron al consumidor sin tener el punto óptimo de madurez. Recelosa a posteriores envíos, a pesar de que entonces la naranja ya estaba en buenas condiciones de madurez, la demanda se estancó, y con ella, los precios. Aquella fue una campaña peculiar, ya que la producción fue muy alta, lo que incidió directamente en la preocupación de los exportadores por llegar a los mercados cuanto antes. Sin embargo, el coordinador nacional del comercio exterior de frutos cítricos, Vicente Mañes, asegura que llegar antes al mercado no se traduce en un mayor consumo. De hecho, los envíos prematuros suponen una reacción negativa del consumidor. El sector se dotó hace años de unos índices de madurez -relación entre contenido de azúcar y acidez- de obligado cumplimiento antes de vender la fruta. En las naranjas, clausellina y satsuma el índice de madurez es 6, en clementinas es de 6,5, en tangerinas del 7 y en fortunas el 8. El Soivre se comprueba que los envíos que se realizan cumplen estos índices. El sector, por su parte, también se ha concienciado de esta necesidad. En el seno de Intercitris, la interprofesional citrícola, se han tomado acuerdos para evitar que nadie rompa el juego y se inicie la carrera de exportación antes de tiempo a pesar de los muchos condicionantes tanto internos como externos. Un sólo exportador, de los cerca de 700 que operan en España, rompe la baraja, se provoca una reacción en cadena difícil de parar. A esta especie de "salida nula" contribuyen también los importadores, que quieren tener en el mercado europeo la fruta cuanto antes, y presionan a los exportadores. A falta de que la Consejería de Agricultura facilite el aforo -la previsión de campaña- lo que ya se conoce es que la fruta está más adelantada este año que el pasado, con mayor índice de madurez, aunque aún lejos de las pautas marcadas, y mayor calibre. La tranquilidad y la unión del sector para evitar pasos en falso serán determinantes para el buen desarrollo. Para ello, Intercitrus, Agricultura y el Soivre velarán para que nadie cometa el error. Un caso a parte es la buena acogida que han encontrado las mandarinas españolas en el mercado de Estados Unidos. En la última campaña, los envíos de esta variedad al país norteamericano crecieron de forma espectacular, hasta alcanzar las 45.000 toneladas. Vicente Mañes se congratula por el éxito obtenido, sobre todo por tratarse de un mercado tan exigente. Pero pide prudencia para que no se desborde la euforia. En el caso de Estados Unidos y Canadá, el índice de maduración que se exige es mayor que para los envíos a Europa, un 7,5 frente al 6,5. Esto obedece a la necesidad de que la fruta pueda, no sólo adquirir el índice de madurez que se requiere, sino también que la piel se endurezca para que pueda soportar el viaje y no salgan manchas. El norteamericado, al igual que el japonés en el caso en que se abran las fronteras, puede ser un mercado excelente para las mandarinas españolas. Caer en la tentación de enviar fruta que no cumpla los requisitos de calidad, podría estropear lo conseguido tras los acuerdos en el sector. "Los primeros envíos deben producir satisfacción entre los consumidores, de lo contrario, dejarán de confíar en nuestro producto", afirma Mañes.