El ADN prueba la inocencia de un hombre que pasó 17 años en prisión

Tras haber pasado 17 años en una cárcel del Estado de Nueva York por un delito que no cometió, Vincent Jenkins caminó ayer hacia su libertad apoyándose en un bastón y con un aspecto mucho más envejecido que el correspondiente a sus 60 años de edad. El afroamericano Jenkins le debe su libertad a las pruebas de ADN, que demostraron de modo irrefutable que no cometió la violación por la cual fue condenado en 1982 a 20 años de prisión.Pero el final feliz, aunque tardío, de la historia de Jenkins no es sólo atribuible a la ciencia. En sus pasos hacia la reja de salida de la prisión de Stormville, Jenkins fue acompañado ayer por Eleanor Jackson Piel, una abogada de Maniatan, de 78 años, que ha consagrado la última década a luchar infatigablemente por la exculpación de su cliente.

Jenkins es el 65 preso liberado en Estados Unidos en los últimos años merced a pruebas de ADN. Convencida de su inocencia, su abogada insistió para que los tribunales autorizaran el empleo de esta técnica en su caso. Lo consiguió y los resultados revelaron la absoluta imposibilidad de que Jenkins fuera el autor del robo y la violación de una mujer de 23 años, en una reserva natural de Búfalo, en 1982. La policía de Búfalo acusó a Jenkins del asalto, pese a que la víctima no le reconoció en un primer momento como el agresor.

Tras su liberación, Jenkins dijo que, tras haber reprimido sus sentimientos durante tantos años para poder sobrevivir en prisión, era incapaz de encontrar las palabras que describieran sus sentimientos. "Es muy difícil explicar qué es lo que ha crecido en mi corazón durante este tiempo y qué es lo que siento ahora", dijo.

Jenkins va a vivir con su hermana en el Bronx. Está incapacitado para trabajar, puesto que en la cárcel le fue extirpado un pulmón canceroso. Edward Blake, el criminólogo del laboratorio californiano que demostró que el ADN del preso no coincidía con el del violador de Búfalo, se felicitó ayer por la excarcelación. "Pero todo el mérito", añadió, "le corresponde a la abogada Piel. Ha librado una larga, dura y justa batalla".