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Reportaje:

Sant Sadurní, más allá del cava

Sant Sadurní d"Anoia, la segunda población del Alt Penedès, con cerca de 10.000 habitantes, es la capital del cava. Ya han pasado 127 años desde que Can Codorníu elaboró su primera botella de vino espumoso y empezó así lo que acabaría siendo la industria alrededor de la que gira la economía del municipio. La mecanización del sector y el peligro que comporta depender del cava en tiempos de crisis, obligan a replantear el futuro de la población. Las empresas de cava han pasado un periodo letárgico en el que se ha dejado de generar empleo. Hasta ahora, trabajar en unas cavas, incluso en sus cadenas de producción, era sinónimo de tener un buen sueldo, pero los cavistas empiezan a recurrir al servicio de las empresas de trabajo temporal. Argumentan que el suyo es un producto estacional. El sector pasa por un momento exitoso, pero se sigue pensando en romper con la monoproducción. Los cimientos para conseguir este reto son los polígonos industriales de Can Ferrer II, ya casi una realidad de 10 hectáreas, y el de El Molí d"en Racó, de 33 hectáreas. El alcalde de la población, el convergente Joan Amat, confía en que si se aprovecha "la bonanza económica actual, éste puede ser un éxito fácil". La mejora de las comunicaciones, con la inminente construcción de un acceso sur de la autopista A-7 y la rebaja de los peajes, favorece la llegada de nuevas industrias, incluso de la misma industria auxiliar del cava. El grupo de distribución alimentaria Mercadona ha anunciado recientemente que va construir un centro logístico para toda la cadena en Sant Sadurní, y creará 400 nuevos empleos. Además de la apuesta por los polígonos, el Ayuntamiento también quiere potenciar el sector terciario, que Sant Sadurní sea una población turística de interior, a sólo media hora del litoral. Esta oferta turística se basaría en la influencia del cava, sus museos, sus fiestas y sus elementos arquitectónicos. Por su parte, la Diputación promueve la construcción de un parque temático sobre el cava. La industria del cava experimentó su primer boom económico a mediados de los cincuenta. La internacionalización del producto -que no requería especialización- se vio favorecida entonces por la llegada masiva de inmigrantes en busca de empleo. Sant Sadurní dispone hoy de una renta per cápita superior a la media catalana. Ya entonces Codorníu ejercía de benefactor de la población proporcionando vivienda a sus trabajadores y educación a sus hijos. Pero la mecanización ha hecho que el sector ya no genere tanto empleo. La presidenta de la patronal Institut del Cava, Maria Rosa Giró, espera de todos modos que "los próximos años sean mejores que los de esta década". El sector ve bien que se diversifique la economía de una población donde sólo hay cava y un poco de su industria auxiliar. Pero el ex alcalde socialista Marcel Gabarró es escéptico ante esta posición y lamenta que los cavistas "no hayan sido nunca, ni son, protagonistas de la comunidad local". Quienes también han padecido la monoproducción de cava han sido los jóvenes, sobre todo los que han cursado estudios superiores que nada tienen que ver con la industria principal de Sant Sadurní. Esos jóvenes han visto cómo se les ha hecho difícil, casi imposible, encontrar un trabajo acorde con sus estudios. Incluso los nuevos enólogos tienen serios problemas para encontrar trabajo. Jordi Olesa, del colectivo juvenil Joves de la Parròquia, reconoce: "Se podía haber hecho algo más en Sant Sadurní cuando la comarca empezó a industrializarse". Un estudio publicado el año pasado afirma que sólo el 4% de los jóvenes de la población de entre 16 y 29 años trabaja en alguna cava. Sant Sadurní d"Anoia ha crecido muy lentamente desde finales de los setenta, muy por debajo de lo previsto por los planes territoriales de la época. Pero actualmente, además de los polígonos industriales, ya está en marcha la urbanización de diferentes polígonos residenciales que podrían dar vivienda a unas 4.500 persones en los próximos años. El ex concejal de urbanismo, Sadurní Oliver, asegura que "la inversión pública en el mercado ha hecho reaccionar a los promotores privados" y les ha obligado a bajar los elevados precios de sus solares.

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