Bélgica reanuda las exportaciones lácteas y cierra la crisis de la dioxina

La leche y los derivados lácteos producidos en Bélgica podrán volver a los mercados de la Unión Europea en los próximos días, tras el visto bueno anunciado ayer por el Comité Veterinario Permanente de la UE. El levantamiento de la prohibición (que pesaba desde poco después de que estallara la crisis de la dioxina, a finales de mayo) no incluye, sin embargo, a los productos que proceden de nueve empresas lecheras, en las que se detectaron dioxinas -un compuesto cancerígeno- y que están pendientes de análisis complementarios. La UE ya había permitido a Bélgica volver a vender sus pollos, huevos, cerdos y vacunos, también afectados en su momento por los piensos contaminados. La UE cierra de esta manera la que ha sido la crisis alimentaria más grave de Europa desde el escándalo de las vacas locas, en 1996, y que ha afectado a muchos países de la unión, entre ellos España, en donde el Ministerio de Sanidad llegó a inmovilizar cautelarmente más de 3.500 toneladas de productos originarios de Bélgica.

La crisis fue uno de los factores que más influyó en las elecciones generales belgas del 13 de junio, que terminaron con 40 años de hegemonía socialcristiana en favor de un Gobierno arcoiris formado por liberales y ecologistas.

Los miembros del Comité adoptaron esta decisión al considerar que los productos de 225 granjas lecheras (todas menos las nueve citadas) no presentan ningún riesgo para la salud de los consumidores, según informaron fuentes comunitarias. A partir de la entrada en vigor de la decisión, todos los productos lácteos elaborados en Bélgica podrán ser exportados al resto de los Estados miembros de la UE sin necesidad de un certificado sanitario. Las existencias que se encontraban paralizadas tras el commienzo de las crisis también podrán ser comercializadas de nuevo libremente.