La alarma llega a Japón
La comisaria europea de Consumo, Emma Bonino, consideró ayer que la mayoría de los pollos, huevos y derivados contaminados con dioxina ya han sido consumidos. Bonino explicó que los restos de este producto tóxico hallados en varios productos analizados son "preocupantes". En algunos casos, los niveles de dioxina hallados son 140 veces superiores a la dosis máxima autorizada. "La dioxina forma parte de la categoría número uno de productos cancerígenos en altos grados de exposición", añadió.La comisaria explicó que la decisión de retirar del mercado los derivados de los pollos y huevos contaminados belgas está muy justificada. Según Bonino, muchos alimentos presentan porcentajes muy altos de huevo en su composición. Citó como ejemplo las mayonesas (7%), la pasta fresca (18%) y algunas cremas (20%).
Pero muchos otros también contienen huevo, aunque en cantidades menores. Es el caso de la pastelería en general, pero también del afamado chocolate belga, cuyas ventas se ven ahora amenazadas. Eso no convierte en peligrosos a todos esos productos, sino sólo a los fabricados con huevos procedentes de las 416 granjas investigadas.
La Comisión ha justificado la decisión de no embargar la totalidad de la producción belga de estos alimentos con el argumento de que sería insuficiente e ineficaz. Según el comisario de Agricultura, Franz Fischler, el embargo que se decretó a la carne británica al desatarse la enfermedad de las vacas locas se debió a que aquella enfermedad existió durante mucho tiempo sin que se supiera. También porque era muy difícil saber cuándo un animal estaba contaminado y cuándo estaba libre de la enfermedad, debido al largo periodo de incubación de ésta. En el caso de la dioxina, se trata de un producto fácilmente detectable en el laboratorio.
En cualquier caso, varios países decidieron ayer prohibir las importaciones de pollos y huevos belgas y su retirada de los comercios. Es el caso de Rusia, Grecia, Suiza, Austria, Bulgaria e incluso Japón.
Las autoridades francesas ordenaron ayer la retirada del mercado de las aves y huevos de las explotaciones confiscadas el martes en Dreux, en el norte del país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Jacques Santer
- Dioxinas
- Franz Fischler
- Caso pollos belgas
- Emma Bonino
- Declaraciones prensa
- Comisario europeo
- Sustancias tóxicas
- Seguridad alimentaria
- Comisión Europea
- Intoxicación alimentaria
- Control calidad
- Política social
- Farmacia
- Intoxicación
- Bienes consumo
- Gente
- Comercio
- Unión Europea
- Enfermedades
- Política sanitaria
- Organizaciones internacionales
- Medicina
- Sanidad
- Relaciones exteriores