Un alcalde mimado por los bancos
Juan Fageda, ocho años en la oposición al PSOE y otros tantos con la vara del poder por el PP, ya es sólo un político, un aparejador y ex constructor que se confiesa económicamente arruinado pese a que los bancos, siendo alcalde, en 1996, le perdonaron una deuda personal de casi 900 millones de pesetas. Había cosechado los números rojos construyendo un cementerio de lujo, Bon Sosec, un enorme tinglado económico para competir con el camposanto público de Palma. Tres años después, aquella obra particular que hizo Fageda ya es propiedad, por compra, de la ciudad.El Gobierno balear, del PP, con Gabriel Cañellas al frente, invirtió casi 500 millones para salvar Bon Sosec. Sus empresarios donaron fondos a la fundación privada de Cañellas. La sociedad suspendió pagos y el Ayuntamiento de Palma, Fageda al frente, decidió primero alquilar y luego adquirir el tanatorio. El alcalde atribuye su ruina personal a los ataques políticos. En cualquier caso, nunca deja de sonreír y saludar por doquier, cordial y omnipresente.
Frente a él aparece otro habitual de la nómina pública: Antoni Roig. El número uno del PSOE, de 33 años, lleva más de 12 en escena, pero es aún poco conocido. Izquierda Unida-Els Verds presenta a Margalida Thomàs, una comunista discreta que ha batallado en ámbitos sindicalistas y parlamentarios. El PSM-Entesa Nacionalista acude con el campechano historiador Sebastià Serra, que alterna un discurso centrista con otro más simpático que ideológico. Unió Mallorquina, con el empresario Fernando Trujillo, pretende romper el muro de la ignorancia.
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