Otra vez la pesca andaluza
L a cumbre hispano-marroquí que se ha de celebrar esta semana en nuestro país debe servir para vislumbrar alguna salida ante la no renovación del tratado de pesca que concluye este año. Un acuerdo del que se beneficiaban unos 600 barcos, en su mayoría andaluces y que permanecen cautivos de ese caladero, dada sus características. Unos y otros se han encargado de recalcar que no habrá más conversaciones en busca de un nuevo entendimiento entre ambas partes y, anticipándose al desastre, desde el Gobierno español se advierte de que habrá medidas de apoyo a la flota afectada. Puesto que llegado el momento pedirán corresponsabilidad con el problema surgido a la Junta de Andalucía, es hora de llevar a la práctica ese anhelo de sentar a las administraciones autonómicas implicadas en unas negociaciones tan trascendentales, en este caso, para la economía andaluza. Esa coordinación entre instituciones pudiera resultar clave para encontrar la solución más adecuada. Al menos, en otros asuntos ha existido el entendimiento mínimo exigible, tal y como se deduce de la Memoria que sobre los trabajos de recuperación de la cuenca del Guadiamar se ha realizado y que será entregada estos días tanto al presidente del Gobierno, José María Aznar, como al presidente andaluz, Manuel Chaves, todo esto, un año después del desastre de las minas de Aznalcóllar. En el ámbito laboral, Andalucía volverá a vivir movilizaciones de protesta, en esta ocasión, de trabajadores de una empresa en crisis como ocurre con Cervezas Sureña, de Córdoba. La marcha que protagonizará este colectivo laboral, reclamando nuevas ayudas de la Junta y Gobierno central, contrasta con el rechazo frontal de la patronal andaluza a que se emplee más dinero público para salvar unos puestos de trabajo del sector privado. Por cierto, ¿a qué se espera para resolver definitivamente lo de Cárnicas Molina? ¿De verdad está dispuesta la Tesorería de la Seguridad Social y el Ministerio de Hacienda a realizar la quita necesaria para resolver su integración por parte de Campofrío? Las protestas también llegarán de los trabajadores de los astilleros públicos andaluces con factorías en Sevilla, Puerto Real y Cádiz. Anuncian nuevas movilizaciones, parece que de salón, por el escaso ruido que producen en demanda de una cartera de pedidos que garantice su futuro. Acciones de protesta, en todo caso, de baja intensidad bien diferentes a las algaradas anteriores durante la etapa socialista, no vaya a ser que se dañe la imagen internacional de los astilleros. Pero en el plano económico quedan otras interrogantes que resolver. Como, por ejemplo, definir si el proceso de fusión de cajas para dejar sólo una en Andalucía sigue adelante o no. Por el momento, la consejera de Economía, Magdalena Álvarez, pretende reunirse de nuevo con los presidentes de las cajas andaluzas para la puesta en marcha de la comisión de trabajo encargada de allanar el camino de la fusión planeada. A la espera de los resultados de este encuentro, queda claro que la convocatoria de la reunión ha de interpretarse, además, como un claro mensaje para aquellos escépticos, en el que se señala que lo de crear una sola caja en Andalucía va en serio. No obstante, las mejores expectativas para Andalucía estarán fijadas, una vez más, en el Magreb, más en concreto en Túnez, hacia donde acude Chaves junto con el alcalde de Almería, Juan Megino, con el fin de conseguir que esta ciudad sea la sede de los próximos Juegos del Mediterráneo en el 2005. Un objetivo que parece estar al alcance de la mano. ANTONIO YÉLAMO
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