González envía a Schröder su estrategia para la crisis balcánica
El expresidente del Gobierno español Felipe González es partidario de que la Unión Europea (UE) adopte una estrategia común para la democratización de Yugoslavia y la estabilización de los Balcanes, en la que se dé al Parlamento Europeo un papel destacado para fomentar el diálogo de las fuerzas democráticas de la región.Estas ideas figuran en un informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, que González, en calidad de representante especial de la UE para Yugoslavia, ha enviado a Gerhard Schröder, el canciller federal de Alemania, sobre el telón de fondo de la creciente tensión en Kosovo. En una misiva fechada el 18 de marzo, González, que se entrevistó con Schröder el pasado 27 de febrero, se pone a disposición del canciller para seguir tratando los problemas de los Balcanes.
Para aplicar la estrategia, la UE debería nombrar un "representante sobre el terreno que dirija y coordine los esfuerzos siguiendo las orientaciones del Consejo y de la Presidencia de la UE". Dentro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, debería crearse una subcomisión especial que fuera lugar de encuentro y diálogo con fuerzas democráticas de los Balcanes. Además, la UE debería promover el establecimiento en aquella zona de uno o varios centros de formación de cuadros civiles en materias relevantes para la transformación democrática.
Las reflexiones de González se basan en una evolución positiva de los acontecimientos y la consecución de "un acuerdo para el establecimiento de una autonomía en Kosovo". Si el conflicto entra en una fase de enfrentamiento abierto, habría que "reconsiderar" los planteamientos, señala.
Actuación perniciosa
Una autonomía en Kosovo, basada en valores democráticos, no podría funcionar con eficacia en una Yugoslavia no democrática, afirma González, según el cual debe quedar "meridianamente claro" que la UE y la comunidad internacional no tiene nada contra Serbia y el pueblo serbio, sino "contra la actuación equivocada y perniciosa de sus dirigentes".El primer intento serio por parte de la UE de definir una política mínimamente global y coherente hacia Bosnia-Herzegovina, Croacia, República Yugoslavia, Macedonia y Albania fue el "enfoque regional", que, según González, debe también inspirar la nueva estrategia. Ésta debería reforzar a los países y entidades vecinos de Serbia para "limitar" la capacidad de Belgrado de "influir negativamente" en ellos. Si se despliega una fuerza internacional en Kosovo, la situación cambiará "radicalmente" en el triángulo Kosovo-Albania-Macedonia, porque se limitará la capacidad de actuación de Milosevic.
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