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CRISIS EN LA UE

Schröder planea una cumbre especial si no se cierra la crisis la próxima semana en Berlín

Pilar Bonet

El canciller alemán, Gerhard Schröder, presidente de turno del Consejo Europeo, descartó ayer que Jacques Santer pueda optar a un nuevo mandato como presidente de la Comisión Europea. El canciller declaró en Viena que espera resolver la crisis institucional en la cumbre de Berlín, la semana próxima, o en una cumbre extraordinaria antes de junio. Las palabras de Schröder fueron corroboradas ayer por el portavoz de su Gobierno, Uwe-Karsten Heye, tras una reunión del Gabinete. Según Heye, el tema no puede posponerse hasta la cumbre de Colonia, que se celebrará en el mes de junio.

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Schröder no aclaró si eso significa que descarta que Santer se mantenga en funciones hasta el final del mandato de la Comisión. El canciller tampoco despejó la duda de si en Berlín saldrá un nuevo presidente o un pacto sobre qué hay que hacer: mantener a la Comisión actual hasta enero del 2000 con un nuevo presidente, mantenerla hasta que entre en vigor el Tratado de Amsterdam o nombrar una nueva Comisión bien hasta el 2000, bien hasta que rija Amsterdam.En Atenas, donde prosiguió su gira de capitales para preparar la cumbre de Berlín (hoy llega a Madrid), Schröder opinó que el nuevo presidente deberá serlo no sólo por los nueve meses que quedan de mandato, sino por los cinco años siguientes.

En la cumbre de Berlín, los próximos días 24 y 25, Alemania quiere aprobar a toda costa la Agenda 2000 (el marco presupuestario para el periodo 2000-2006) que, junto con la reforma institucional, constituye uno de los dos pilares de la ampliación de la Unión. La cita de Berlín podría prolongarse un tercer día para analizar la dimisión de la comisión. El viceministro de Exteriores, Günter Verheugen, responsable de la Agenda 2000 en su departamento, consideró improbable que se nombre un nuevo presidente de la Comisión en Berlín, por la imposibilidad de prever la mayoría que surgirá de las elecciones Europeo en junio.

Por si tuviera poco con la crisis interna causada por la dimisión del ministro de Finanzas y jefe del Partido Socialdemócrata (SPD), Oskar Lafontaine, Schröder ha de lidiar ahora con la crisis institucional europea. Todo ello, sin perder de vista sus aspiraciones nacionales de rebajar la contribución alemana a la UE, aunque simbólicamente, para cortar las alas a la oposición. El jefe del Gobierno de Baviera, el socialcristiano Edmund Stoiber, ha pedido que se retrase la aprobación de la Agenda 2000. Las reformas "apresuradas", que refuerzan la injusta distribución de las cargas en la UE, son "más perjudiciales" que el retraso de la Agenda, señala el dirigente en una entrevista en el semanario Wirtschafts Woche. Heye rechazó ayer las ideas de Stoiber y, sin aludir a él por su nombre, le acusó de irresponsabilidad política.

Para Schröder, la doble crisis que se le ha venido encima supone también una doble oportunidad de consolidarse. Analistas políticos señalan que el canciller deberá demostrar que "no va desnudo" y hacer propuestas integradoras, tanto en lo que se refiere al SPD como al Gobierno de coalición en el terreno nacional, y en cuanto a un proyecto europeo que vaya más allá de los balances contables.

La opinión pública alemana, siempre muy interesada por el control detallado de las finanzas públicas, se identifica más con el Parlamento Europeo que con la Comisión. En la prensa de ayer, la idea dominante era que la dimisión de este organismo es una victoria para la democratización de Europa. Para el diario liberal Süddeutsche Zeitung, "el escándalo en la Comisión sería una bendición para el proceso de unidad europea, si hace comprender por fin a los Gobiernos de la UE que la falta de control parlamentario de este proceso es escandalosa". En su caricatura del día, Südddeutsche Zeitung revelaba de forma elocuente su actitud ante la crisis: unos mozos de limpieza abren la puerta a una piara de cerdos que abandona en tropel el recinto de la UE.

Recuperar la confianza

Para el diario Frankfurter Allgemeine la crisis cambia el equilibrio de fuerzas de la UE a favor del Parlamento. La crisis, según el periódico, puede "acelerar" la democratización en la Unión Europea, pero antes "se debe recuperar primero la confianza de los ciudadanos". La caricatura del diario de Francfort tampoco deja lugar a dudas. En ella aparecen los comisarios europeos acusándose los unos a los otros alrededor de una caja de caudales, abierta y aparentemente desvalijada, sobre la que figuran la insignia europea y las letras "UE".

Para el diario Berliner Zeitung el canciller debe echar mano de soluciones no convencionales y proponer para la comisión a un peso pesado como Helmut Kohl. El ex canciller ya ha hecho saber que no aspira al cargo. Para entender cuál es la visión popular de la Comisión Europea en Alemania hay que leer el diario popular Bild. En él los comisarios aparecen fotografiados entre el título Los derrochadores y el subtítulo Y ahora les toca el dulce retiro.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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