Nombela aboga por crear un protocolo para actuar ante las catástrofes

"La experiencia aconseja instituir un mecanismo permanente de respuesta para aquellas catástrofes que provoquen daños a corto y largo plazo, que necesite del análisis de expertos y de decisiones inmediatas de las administraciones". Esta ha sido la lección que ha sacado César Nombela tras coordinar durante diez meses al grupo de expertos que avaló el Consejo de Ministros para supervisar científicamente las actuaciones de las administraciones tras el vertido en el Guadiamar.En el análisis del presidente del CSIC, que piensa "incorporar esta experiencia" en sus contactos con las administraciones, pesa mucho el mapa autonómico: "Hay competencias múltiples en la gestión de las emergencias y las decisiones deben basarse en estudios multidisciplinares. Se ha demostrado que en España hay recursos científicos más que validos para realizar esos estudios".

La rotura de la balsa minera de Aznalcóllar cogió a contrapié a responsables del Gobierno central y de la Junta de Andalucía que protagonizaron un duro intercambio de reproches en los primeros días tras el vertido. "Las tareas de limpieza han representado un gran esfuerzo para las administraciones. Es evidente que a nosotros nos hubiese gustado que se hubiera hecho con la máxima rapidez, para evitar cambios químicos, y con la máxima calidad. Pero también hay que reconocer que este vertido, por la extensión y la naturaleza de los residuos, es inédito y ha requerido un trabajo de enorme envergadura". Finalmente, la coordinación entre las administraciones facilitó que un ejército de máquinas, camiones y hombres retirara seis millones de lodos tóxicos y tierras del valle contaminado.