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EL PROCESO DE PAZ

Borrell insta a Aznar a convocar de inmediato el Pacto de Madrid para debatir el proceso de paz

El líder del PSOE, José Borrell, solicitó ayer "formalmente" y por carta al presidente del Gobierno, José María Aznar, que convoque de inmediato al Pacto de Madrid, en el que participan todas las fuerzas parlamentarias. Su objetivo es doble: hacer frente al paso dado el jueves por los nacionalistas vascos, que se niegan a condenar de forma expresa los actos de violencia del entorno de ETA, y conseguir llevar al Congreso el debate sobre el proceso de paz. Los socialistas consideran "intolerable, inaceptable y decepcionante" la declaración votada en la Cámara de Vitoria por el PNV, EH, EA, y no dudan de que con ella "la literalidad del Acuerdo de Estella ha sido traspasada al Parlamento vasco". El Gobierno también la interpreta como un "sarcasmo", pero Aznar no convocará el Pacto de Madrid sin la concurrencia del PNV, y los peneuvistas no están por la labor.

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Borrell sugiere en la carta que ayer envió a Aznar un orden del día para esa hipotética cita del Pacto de Madrid, que no se reúne desde el 30 de septiembre de 1997. El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno pide que el ministro del Interior presente un informe sobre el proceso de paz abierto tras la tregua de ETA, hace ya cinco meses; propone que los partidos pacten una iniciativa legislativa conjunta de "solidaridad con las víctimas de actos terroristas", para que tal solidaridad no sea un acto unilateral del Gobierno, y sugiere un debate sobre "una declaración política a someter y aprobar en el Congreso de los Diputados respecto al proceso de paz y a la normalización social y política del País Vasco".El PSOE ha dado este paso porque "el Parlamento vasco trata de temas que afectan a la soberanía nacional", según un miembro de la ejecutiva socialista, para la que resulta inaceptable que se mantenga al Parlamento español ajeno a este proceso. Los socialistas ven en la resolución nacionalista aprobada el jueves "un nuevo motivo de preocupación", ya que en ella no se condena la violencia ni tampoco se la rechaza expresa y claramente, y reclaman a Aznar un gesto de firmeza para que la ciudadanía en general y el PNV en particular aprecien que todo tiene un límite.

Ante este panorama, el núcleo dirigente del PSOE, con Borrell a la cabeza, celebró ayer una reunión de urgencia y acordó remitir la misiva a Aznar, de quien depende que se pueda reunir el Pacto de Madrid. En el texto se añade que en la convocatoria, que debe fijarla el ministro Jaime Mayor, "los partidos representantes de la soberanía nacional deberíamos encontrar el adecuado ámbito de expresión ante estos acontecimientos".

Borrell apunta claramente al Congreso como foro de debate, pese a que Aznar rechazó este escenario el pasado día 9 cuando, en su primera cita bilateral, el candidato ya le propuso que promoviera un pleno extraordinario para que informara de cómo evolucionan los contactos del Ejecutivo con el entorno de ETA. Entonces el presidente rechazó ese debate porque, según él, no había información relevante que aportar. Ahora, el Gobierno tampoco parece estar dispuesto a convocar el Pacto de Madrid. Según recalcó ayer el ministro portavoz, Josep Piqué -aun antes de recibir la carta de Borrell-, esta opción "no tendría eficacia, sentido ni sustancia" si no acudiera a la cita el PNV. Y el portavoz parlamentario de los peneuvistas, Iñaki Anasagasti, se ha apresurado a anunciar que su partido no participará en esta "reunión-trampa".

Eso sí, Piqué no se privó de calificar la resolución nacionalista de "sarcasmo", "inaceptable" y "decepcionante", y pidió de nuevo al PNV y a EA que reflexionen y rectifiquen. En este punto, el Gobierno sí coincide con el PSOE en que el texto acordado en Vitoria no es sino el traslado del Pacto de Lizarra a la Cámara vasca. Borrell lo transcribe así en su carta: "La literalidad del Acuerdo de Estella ha sido traspasada al Parlamento vasco en una concepción política del proceso de paz democráticamente inaceptable y en un tratamiento de los actos violentos que resulta decepcionante y sarcástico".

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