Una pieza del paisaje diseñado por el urbanista César Pelli

La crisis industrial dejó libres en el centro de Bilbao unas 35 hectáreas, una superficie capaz de contener unos 35 campos de fútbol. La zona de Abandoibarra, situada a orillas de la ría del Nervión, se convirtió a principios de los años noventa en la estrella de los planes de regeneración urbana de Bilbao y, de paso, en el motor de la regeneración de la maltrecha economía vasca. El urbanista de origen argentino, César Pelli, fue el encargado de diseñar el proyecto de Abandoibarra.Tras cuatro años de discusiones sobre el futuro de Abandoibarra, se espera que el mes próximo Pelli tenga lista su propuesta para la zona. En sus límites se engloban el Palacio de Congresos y de la Música Euskalduna y el Museo Guggenheim y, en líneas generales, está previsto crear zonas verdes y nuevos servicios. Ya han sido construidos dos nuevos puentes para enlazar las dos orillas de la ría, uno de ellos, una pasarela peatonal del ingeniero Santiago Calatrava.

Pelli dedicará dos tercios de la superficie disponible en Abandoibarra a zonas verdes y a espacios que quedarán libres de edificación. Los recursos económicos para sacar el proyecto adelante se obtendrán de la construcción de una torre de 30 pisos destinada a oficinas - a la que previsiblemente la Diputación de Vizcaya trasladará sus dependencias, diseminadas por la ciudad- un centro comercial de unos 30.000 metros cuadrados de superficie útil, cinco bloques de viviendas y un hotel de lujo.

Otras instituciones también desean gozar del prestigio de tener su sede ubicada en el nuevo Bilbao de Abandoibarra. Por el momento, la Universidad de Deusto quiere construir allí, frente a su campus, una nueva biblioteca y la Universidad del País Vasco pretende trasladar a la zona las dependencias del rectorado, actualmente situadas a unos 10 kilómetros del centro de Bilbao.