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Bilbao estrena el auditorio que será sede de la Orquesta Sinfónica y la temporada de ópera

El Palacio de la Música Euskalduna alquilará sus instalaciones y no programará espectáculos

Un proyecto arquitectónico que hablaba de los restos de un barco encallado en el fondo de la ría se impuso en el concurso para la construcción de un edificio destinado a albergar un auditorio y un centro de congresos en Bilbao. Siete años después está listo para compartir la actividad congresual y ser la sede de la Orquesta Sinfónica de Bilbao y de la temporada de ópera. Un auditorio dotado de 2.000 metros cuadrados de espacio escénico y con capacidad para 2.165 personas es la pieza central del Palacio Euskalduna. El nuevo auditorio no prevé asumir la programación de espectáculos.

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Una pieza del paisaje diseñado por el urbanista César Pelli

El Palacio de Congresos y de la Música Euskalduna fue inaugurado ayer con una botadura simbólica y un concierto de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, dirigida por Juan José Mena, el titular de la Joven Orquesta de Euskal Herria, en el que actuó el violonchelista Asier Polo. El programa de la inauguración, ante 2.000 invitados, quedó sensiblemente reducido. Una lesión impidió al bailarín Ígor Yebra estrenar una coreografía del argentino José Granero sobre la música de Daphnis et Chloé, de Maurice Ravel, junto a la bailarina Lola Greco. La danza quedó definitivamente fuera de la fiesta cuando también el sustituto de Yebra, Andoni Aresti, sufrió problemas físicos.El proyecto de los arquitectos Federico Soriano y su esposa, Dolores Palacios, estaba lleno de referencias al pasado del lugar que ocupa el palacio, donde se ubicaron los astilleros Euskalduna hasta su cierre, en 1984. Su proyecto hablaba de un barco abandonado, encallado en el fondo de la ría y con las chapa oxidada, en cuyas bodegas iban a ser instaladas las salas y los espacios necesarios para su uso como palacio de congresos o auditorio.

Visión lírica

El edificio resultante de una visión tan lírica está formado por dos bloques diferenciados. Por una parte, una construcción de acero cortén, que desde determinados puntos del exterior invita a imaginar un barco en construcción. Alrededor de esta pieza central, de una altura de más de 50 metros, se ha construido otro bloque, que alberga salas de menores dimensiones, camerinos, oficinas e instalaciones complementarias y de servicios, como dos restaurantes, y cinco bares y cafeterías.

La pieza más importante del palacio es un auditorio con capacidad para 2.165 personas y un espacio escénico de 2.000 metros cuadrados, más amplio que el del Teatro Real de Madrid. Además cuenta con otra sala de 615 butacas con escenario y otras dos dependencias de menores dimensiones para actividades congresuales. Las instalaciones se completan con salas de ponencias y reuniones, camerinos, locales de ensayos y salas de afinado, en distintos niveles comunicados por pasarelas.

En estas instalaciones tendrá su sede la Orquesta Sinfónica de Bilbao y el festival de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO), y ofrecerá también su conciertos de abono la Orquesta Sinfónica de Euskadi. La suma de actuaciones previstas suman 35 días al año de espectáculos musicales, que ocuparán el auditorio cerca de 90 días. A excepción de la ópera inaugural, Kovanschina, de Mussorgski, prevista los días 30 de abril y 1 y 2 de mayo, Euskalduna no prevé ni contratar otros espectáculos ni asumir producciones propias. Sus instalaciones están disponibles para quien desee alquilarlas. El inicio de la actividad relacionada con los congresos se ha adelantado a la inauguración oficial. En lo que queda de 1999 están ya contratados 37 congresos y distintos actos empresariales; el más cercano, la junta general de accionistas del Banco Bilbao Vizcaya el 27 de febrero.

Conjugar las dos caras de Euskalduna, palacio de congresos y auditorio, será el principal reto para sacar un rendimiento a la inversión de más de 12.600 millones de pesetas -10.200, aportados por la Diputación de Vizcaya- realizada en el edificio. En el horizonte no se ve un panorama de rentabilidad: la Diputación cubrirá con subvenciones el déficit de explotación.

Soriano está satisfecho con su trabajo. "Es una idea potente que ha resistido tres años de obra", decía ayer el arquiecto en medio de los centenares de invitados a la inauguración. Según Soriano, el atractivo del edificio radica en su capacidad de sorprender. El autor del proyecto entiende que la mayor virtud del edificio es haber creado "un espacio fluido, diagonal", en el que las distintas plantas interiores quedan "comunicadas en un espacio único".

Euskalduna compite con la fuerza de la arquitectura del Guggenheim, situado a poco más de 300 metros de distancia en la ribera de la ría. "Utilizando un lenguaje y unos materiales distintos, los dos edificios mantienen una buena relación", señala Soriano. "Tienen una relación similar con la escala de la ciudad y, sobre todo, están unidos por la ría".

Euskalduna y el Guggenheim están cerca, pero aislados el uno del otro por solares sin urbanizar e instalaciones ferroviarias atestadas de contenedores. Y seguirán así durante al menos tres años, el tiempo necesario para construir una nueva terminal en el puerto de Bilbao y liberar ya totalmente la zona de su viejo uso industrial.

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