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El frío afecta a hortalizas y almendros y hiela parte de las cosechas de nísperos y cítricos

Las bajas temperaturas de los últimos días han vuelto a pasar factura a la agricultura valenciana, que ha vivido la tercera helada en lo que va de mes. Los varios grados bajo cero que se registraron en varias comarcas de la Comunidad han afectado no sólo a cultivos que ya habían sufrido los rigores de este invierno, como las hortalizas y el almendro, sino también a otros que hasta ahora se habían salvado, como los cítricos, los nísperos y la fruta de verano. Las asociaciones de agricultores no han evaluado aún el montante económico de los daños a la espera de la evolución de los cultivos.

Al contrario de lo que ocurre con otras contingencias climáticas que afectan a la agricultura, como puede ser el pedrisco o el viento, los daños que se producen por las heladas hay que cuantificarlos pasados varios días, ya que hay que esperar a la evolución de los cultivos afectados. Sin embargo, las primeras apreciaciones tras las bajas temperaturas vividas en la noche del domingo al lunes han sembrado la preocupación entre las organizaciones de agricultores que han empezado a evaluar los efectos del frío que se registra en la Comunidad Valenciana en este comienzo de año. El almendro será uno de los cultivos más afectados por las heladas, ya que en esta época del año se encuentra en plena floración. Los daños, que en algunas zonas llegan hasta el 80%, se han producido en las zonas intermedias entre regadío y secano de toda la Comunidad Valenciana. Tanto en este caso como en el de las hortalizas, especialmente en el caso de la alcachofa, el frío se ha cebado por segunda vez. De hecho, esta última helada ha dañado la poca cosecha de alcachofas que se había salvado de las dos heladas precedentes. También se han detectado heladas en la patata -tanto la que se cultiva al aire libre como la que se cría bajo malla- la cebolla, la lechuga y el tomate. Ni los invernaderos han conseguido paliar los efectos de las temperaturas bajo cero, que también han afectado a las hortalizas de La Ribera, La Canal de Navarrés, L"Horta y la Vega Baja. En esta última comarca se ha perdido la totalidad del tomate cultivado bajo plástico y hasta el 80% de alcachofas y habas. Los cítricos no se han salvado en esta ocasión de las bajas temperaturas, que han afectado tanto a la naranja que queda por recoger como a las variedades más tempranas que empezaban a brotar. Según los datos de las organizaciones agrarias, la mayor parte de las zonas citrícolas de la Comunidad Valenciana se han visto afectadas por una temperatura bajo cero. A la espera de ver cómo evolucionan en los próximos días tanto los frutos como las brotaciones, las variedades fortuna y ortanique de mandarinas, navel en naranjas y fino en limones -que se cultivan en la Vega Baja- han notado sus efectos. Los efectos sobre las variedades tempranas repercutirán en una acumulación de producción al inicio de la campaña, ya que se rompe el escalonamiento de la misma. La fruta de verano temprana, especialmente el albaricoque que se cultiva en La Vall d"Albaida y el melocotón de La Ribera, han resultado dañados. En concreto en la comarca de Ontinyent se han alcanzado los 7 grados bajo cero. Según los datos de la Unió de Llauradors entre el 25% y el 75% de los árboles ya habían florecido, con lo que los efectos pueden ser graves sobre estas cosechas.Una de las preocupaciones de los agricultores es el efecto que haya causado el frío sobre los nísperos, ya que aún no es posible asegurarlos contra esta contingencia. En la comarca castellonense de El Alto Palancia podría haberse perdido hasta el 75% de la producción, mientras que en la mayor zona de producción de esta fruta en la Comunidad, ubicada en Callosa d"En Sarrià y alrededores -que además goza de denominación de origen- los daños afectarían al 25% de la cosecha. Los efectos no se notan a corto plazo, pero el frío, que ha dañado el hueso, impedirá el crecimiento de níspero, que perderá calibre. La Unió de Llauradors i Ramaders también ha detectado que el frío está obligando a los ganaderos a aumentar las temperaturas en las granjas, lo que se traduce en un incremento de los gastos. Según los servicios técnicos de esta organización agraria estos días se multiplican por cinco los gastos para mantener una temperatura interior 40 grados superio a la que hay en el exterior. Los cálculos de la Unió es que estos últimos días se ha producido un sobrecoste de 200.000 pesetas por granja en calefacción.

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