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Reportaje:SANIDAD

422 médicos, expedientados por sus recetas

El Insalud detecta entre 6.000 hiperprescriptores a facultativos que favorecen a laboratorios concretos

José María Irujo

La sanidad pública invirtió casi un billón de pesetas en medicinas durante 1998. España es el país que destina mayor proporción de gasto público sanitario a productos farmacéuticos, con un 22,7% de su inversión total. Pese al reciente recorte de fármacos, el llamado medicamentazo, el Ministerio de Sanidad acaba de admitir que el gasto por este concepto aumentó en un 10,12% con respecto al año anterior. En estos pagos multimillonarios, ¿cuál es la responsabilidad de los 29.000 médicos del Insalud? ¿Se receta, a veces, en beneficio de determinados laboratorios? Los programas de inspección y control del gasto farmacéutico que lleva a cabo el Insalud demuestran que algunos de sus médicos recetan mal, recetan de más o favorecen a determinados laboratorios a cambio de regalos, viajes o contraprestaciones económicas. En ocasiones se llega, incluso, al fraude a la Seguridad Social mediante la prescripción de medicamentos inexistentes que no llegan a los enfermos.

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En el periodo comprendido entre 1994 y 1997, el Insalud ha abierto 422 expedientes disciplinarios por abusos en la prescripción de recetas. La mayoría de ellos, por favorecer a un determinado laboratorio. En 1994, los expedientes incoados fueron siete; la cifra se disparó hasta 387 en 1995 a causa del escándalo de los laboratorios Kendall y Belmac, que provocó, en el primero de los casos, la detención de 20 médicos y la denuncia contra otros 80 por presunto soborno; en el segundo caso se abrieron numerosos expedientes administrativos; en 1997, el número volvió a descender hasta siete.

El Insalud carece de datos sobre el número de expedientes disciplinarios incoados en 1998 por estas prácticas, pero el reciente descubrimiento en Granada de un fraude al Servicio Andaluz de Salud (SAS), en el que están implicados el representante de un laboratorio y 98 médicos que le facilitaban recetas en blanco, indica que se han superado los 500 si se suman a los del Insalud los de los siete servicios autonómicos sanitarios. Los 422 expedientes abiertos por el Insalud son consecuencia de un ambicioso plan de inspección contra el gasto y contra el fraude que ha puesto en marcha este organismo. Un programa que intenta descubrir y controlar a los denominados médicos hiperprescriptores (que recetan en exceso).

56 inspectores

Los 56 inspectores farmacéuticos que trabajan en toda España seleccionan a aquellos facultativos prescriptores que superan en más de un 30% los indicadores medios provinciales, y en especial a los que concentran sus recetas en un determinado laboratorio. Se excluyen de la investigación las desviaciones justificadas que puedan a priori provocar un aumento de la prescripción de recetas por causas como el cupo asignado (número de tarjetas sanitarias), población envejecida, pacientes crónicos, etcétera. Tras la selección de los médicos hiperprescriptores, la Inspección Sanitaria lleva a cabo un estudio pormenorizado de su gasto y perfil farmacoterapéutico. A través de un programa informático se les compara con los demás facultativos de su centro y de su provincia, se localizan y revisan las recetas prescritas, y comprueba el correcto destino de la medicación."Una vez concluida esta investigación se les entrevista uno a uno para determinar responsabilidades respecto a la prescripción indebida de recetas médicas y la posible existencia de fraude a la Seguridad Social", señala Ángel Guirao, subdirector general de Inspección Sanitaria.

En los casos en los que se da este último supuesto se comunican las actuaciones de los inspectores del Insalud al Grupo de Investigación de la Seguridad Social (GISS), formado por policías y guardias civiles. Esta brigada retoma la investigación del caso en busca de responsabilidades penales y presenta las diligencias en los juzgados.

En los demás casos, el Programa de Inspección de Médicos Hiperprescriptores canaliza las actuaciones de estos facultativos hacia las gerencias de Atención Primaria. Sólo cuando se aprecian irregularidades se incoan expedientes disciplinarios.

En el periodo comprendido entre 1994 y 1997 en el ámbito del Insalud fueron evaluados como hiperprescriptores 4.284 médicos después de revisar una a una 23 millones de recetas prescritas por los facultativos seleccionados. En 1998 se controlaron a otros 1.550 médicos sobre los que se han desarrollado las investigaciones de los inspectores. Los resultados de estos últimos están todavía en fase de evaluación.

Fuentes de la Inspección destacan que en este programa se han intensificado los controles sobre el uso de historias clínicas o fichas farmacoterapéuticas por parte de los médicos, la prescripción de medicamentos genéricos y el seguimiento de los criterios de racionalización de medicamentos promovidos desde las gerencias de Atención Primaria.

Concha Sánchez Arcilla, subdirectora de relaciones laborales del Insalud, destaca las dificultades para obtener pruebas contra los médicos que favorecen a determinados laboratorios o defraudan a la Seguridad Social. "Por ser hiperprescriptor no se sanciona a nadie. Hoy por hoy no es una falta. Se tiene que demostrar que ha habido una negligencia o causa dolosa. Entonces sí se inicia el expediente disciplinario".

Pero la responsable de las sanciones en el Insalud reconoce que algunos de estos expedientes terminan archivándose porque faltan las pruebas concluyentes. "Aunque consigamos la evidencia de que se beneficia a un determinado laboratorio, necesitamos probar que ha existido una retribución al médico. Y eso, en muchos casos, es muy complicado. Esto es lo más parecido a un proceso penal. Las sospechas, aunque sean abrumadoras, no sirven. Por supuesto que sabemos que hay casos de médicos que cobran de laboratorios". En 1995, por uso indebido de recetas, se tramitaron 26 expedientes (14 por falta grave y 12 por falta muy grave); en 1996, la cifra de expedientes resueltos fueron 15 (tres por falta grave y 12 por muy grave); en el 97 ascendió a 43 (dos por falta grave y 41 por muy grave), y en 1998 sólo 9 (dos por falta grave y siete por muy grave). El resto de los expedientes incoados siguen en tramitación.

Los médicos hiperprescriptores pueden ser sancionados con faltas leves, graves o muy graves. La falta leve implica una amonestación por escrito; las graves y muy graves van desde los cinco hasta 20 días de pérdida de remuneración, suspensión de empleo y sueldo de un mes a un año, y suspensión definitiva del servicio. Concha Sánchez no recuerda ningún caso de suspensión definitiva del servicio por estas prácticas. "No buscamos tanto la sanción por la sanción como evitar que estos casos se produzcan". Guirao incide en esta idea. "Queremos que los médicos perciban que hay un control sobre ellos. Que se lleven un susto si caen en la tentación. No buscamos sólo el fraude, sino también la prescripción inadecuada. Queremos controlar el gasto".

La prescripción indebida y la persecución del fraude a la Seguridad Social se ha potenciado en el periodo comprendido entre 1996 y 1998 mediante la adopción por el Insalud de nuevas medidas. Guirao destaca la convocatoria de nuevas plazas de inspectores farmacéuticos, la incorporación al Insalud de los efectivos de inspección de los equipos territoriales de Inspección Sanitaria y la mejora de las retribuciones. El Insalud sigue tras el rastro de los miles de médicos de pluma ligera. ¿Conseguirá controlarlos?

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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