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Reportaje:

Brindis por un buen "txakoli"

Como todos los años, aprovechando la festividad de San Antón, que da nombre al peculiar ratón de Getaria, la pequeña población costera guipuzcoana celebró ayer la nueva cosecha de este vino blanco producida en la comarca y que apenas supera los 600.000 litros. A pesar de la climatología adversa, los expertos afirman que el txakoli del 98 es "bueno, de aromas intensamente frutales y de un grado medio de alcohol del 10,5%". El primero en probar este peculiar vino blanco, joven, afrutado y con una leve acidez característica, como señalan los expertos, fue un relajado José Antonio Ardanza, que acudió acompañado por su esposa, Gloria Urtiaga, para recibir el premio Mahasti Jaun (Señor de la viña) por su labor de promoción del txakoli. Después de engullir un par de copitas de la nueva cosecha, que calificó de muy buena y afrutada, "aunque se note su juventud", reconoció que aquel rancio txakoli que solía tomar en tiempos jóvenes era muy cabezón. "Aprendí a degustarlo en 1983 precisamente aquí, en Getaria y no tenía nada que ver con aquél. Me quedé prendado", comentaba ayer el ex lehendakari, que a tenor de sus juicios parecía más bien un enólogo. A quien también le gusta, sobre todo en verano, es a su esposa, que lucía una sonrisa picarona después de probar "un par de copitas". Hasta la estatua de Juan Sebastián Elcano, situada justo enfrente del frontón donde las botellas iban y venían entre la multitud de aficionados al txakoli, parecía reclamar con su brazo extendido que le acercaran un vaso. La copa era el único precio que tenían que pagar los cientos de asistentes a esta degustación organizada por el consejo regulador de la denominación de origen Getariako txakolina. Entre la multitud, la hondarribitarra María Pilar Emazabel agradecía lo bien que entraba el txakoli con el canapé de anchoas de Getaria sobre queso y tomate natural: "El más rico" de entre la enorme variedad de pinchos que desaparecían con una enorme celeridad de las bandejas que repartían en la carpa de degustación. De entre las autoridades que acudieron al día del txakoli, el alcalde de Zarautz, Imanol Murua, desbordaba felicidad con su copa en la mano: "Es de mis bebidas preferidas por convencimiento y, ¿por qué no?, por patriotismo también". El txakoli se obtiene de las verdes laderas emparradas de los municipios costeros de Getaria, Zarautz y Aia, en Guipúzcoa. Allí, ante la brisa marina y la exposición al sol, del que depende en buena medida la posterior calidad de la cosecha, se exponen las dos variedades autóctonas de uva: la hondarribi zuri (blanca), que supone el 85% del viñedo, y la hondarribi beltza (negra). Estos tres municipios albergan 17 bodegas, con 95 hectáreas de superficie de viñedo, lo que le convierte en la Denominación de Origen de vino más pequeña de España. La limitada producción no llega a cubrir la demanda de todo el año. Se habrá acabado antes de finalizar octubre.

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