De las piscifactorías al trasplante de órganos

Probar el nuevo papel asignado al sistema de complemento, insiste Lluis Tort, va a ser clave para redefinir conceptos como los de tolerancia inmunológica o autoinmunidad, pero también para pensar en múltiples aplicaciones. La primera de ellas sería aprovechar la especificidad de la respuesta en peces para generar cabañas de animales transgénicos resistentes a condiciones ambientales hostiles o a la presencia de microorganismos dañinos. En el mismo ámbito, añade, puede pensarse en la posibilidad de diseñar vacunas específicas para peces, un campo en el que "apenas hay nada" y con un beneficio potencial enorme para piscifactorías. En la salud humana, las mayores posibilidades se centrarían en el desarrollo de mecanismos que controlen a nivel molecular la activación del sistema de complemento para inhibir o generar tolerancia. El trasplante de órganos, y en especial el de órganos animales a humanos (xenotrasplante), podría ser el área más beneficiada. En el mismo laboratorio de la Universidad de Pensilvania, en el que trabaja Oriol Sunyer, se ha obtenido una molécula -un péptido- que inhibe la activación del sistema de complemento. Este péptido, ya patentado, aumenta la vida media de los trasplantes de órganos en ratas y cerdos. Para su estudio, indica Sunyer, ha sido básica la comparación de las secuencias de la proteína C3 de distintas especies.

Estos descubrimientos, concluye Tort, abren la puerta al diseño de moléculas transgénicas que permitan reconocer determinados patógenos y transferirlas de una especie a otra. "Si un pez se defiende con eficacia con respecto a un virus dañino en el humano, ¿por qué no identificar ese mecanismo de defensa, adaptarlo y probarlo en humanos?", aventura.

Para la comunidad científica, los resultados obtenidos por ambos científicos obligan a resituar la organización del sistema inmunitario y a resolver nuevos interrogantes. El más significativo es entender por qué el sistema de complemento, el más primitivo evolutivamente, ha tendido a simplificarse y, por el contrario, los mamíferos han desarrollado un mecanismo de defensa mucho más selectivo y complejo.