El 70% de las pesquerías del mundo están a punto de agotarse, según Greenpeace
La ONG pide una moratoria en la construcción de barcos para evitar "el desastre"
Casi no queda bacalao en la costa Este de Canadá. Es sólo un ejemplo, que según la organización ecologista internacional Greenpeace amenaza con hacerse general: el 70% de las pesquerías del mundo están "sobreexplotadas o agotadas", afirma la organización en un informe en el que además identifica como culpables a esos grandes barcos que, según ella, esquilman el mar y pueden dejarlo sin recursos. Por eso Greenpeace quiere una moratoria en la construcción de estos pesqueros y que se reduzcan las capturas, como única forma de evitar el desastre.
Greenpeace no celebró el sábado el Día Mundial de las Pesquerías. O, más bien, lo hizo a su manera: pidiendo una moratoria sobre la construcción de grandes barcos pesqueros y recuperando un informe que, bajo el alarmante título de La industria pesquera pone rumbo al desastre, advierte de los efectos de la sobrepesca, un tema sobre el que la organización lleva trabajando 10 años.Al dar la alerta de que el 70% de los caladeros del mundo está en peligro, la organización propone reducir el volumen de las capturas, como primer paso para evitar la amenaza que pende sobre los ecosistemas marinos. En caso contrario, el desastre tiene fecha: "Al ritmo actual de explotación, muchas reservas podrían desaparecer en los próximos 25 años y el mar puede terminar lleno de medusas", afirma el científico marino de la Universidad de Columbia Británica (Canada) Daniel Pauly, y Greenpeace recoge esas palabras y las suscribe.
Esta visión pesimista de los recursos marinos se justifica, según la ONG ecologista, por el hecho de que la flota mundial, con China a la cabeza y la Unión Europea (UE) en cuarta posición, captura casi 85 millones de toneladas de pescado anuales. Y cada año las capturas superan las del anterior. Según Greenpeace, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) fijó el año pasado que la producción máxima no debería superar los 70 millones de toneladas y que ésta sólo podía aumentar si se aplicasen "medidas efectivas de conservación al 60% de las reservas", es decir, a aquéllas que están altamente explotadas o a punto de agotarse.
Pero a Greenpeace le preocupan más aspectos. Las capturas no sólo afectan a la pesca útil, o sea, la que luego podrá comercializarse. En las mismas redes caen también otros animales marinos que son arrojados por la borda inmediatamente después de ser capturados. Greenpeace cifra en 39 millones de toneladas estas capturas involuntarias, sin contar los cientos de miles de aves marinas que mueren cada año atrapadas en los anzuelos. Por ejemplo, el albatros, 12 de cuyas 14 especies se encuentran en peligro por la actividad pesquera.
No son datos que Greenpeace se saque de la manga. Los ha elaborado a partir de las cifras oficiales de la FAO, dos de cuyos antiguos funcionarios del departamento de Pesquerías, Chris Newton y John Fitzpatrick, son los autores de un segundo informe de la ONG que demuestra que, a pesar del acuerdo promovido para reducir el número de capturas, la flota pesquera no ha dejado de aumentar anualmente, tanto en cantidad como en tamaño.
Por eso los grandes barcos, "los mayores contribuyentes al daño irreparable que la sobrepesca causa al entorno marino", son otro de los objetivos de Greenpeace. Esos 35.000 pesqueros industriales suponen sólo el 1% de la flota mundial, pero absorben más de la mitad de la capacidad pesquera anual y dan empleo a un millón y medio de personas.
"Técnicas destructivas"
Greenpeace constata que los nuevos barcos son cada vez más grandes y más avanzados desde el punto de vista tecnológico. Para la ONG estos barcos con pocos marineros, grandes capturas y " técnicas altamente destructivas", están comiendo terreno a la pesca tradicional.Y esa circunstancia hace que la capacidad pesquera aumente aunque se construyan menos barcos. De esta forma, dice el informe, aunque el tonelaje de la flota mundial sólo aumentó un 3% entre 1992 y 1997, su capacidad potencial lo hizo en un 22%. Para evitar que ello repercuta en la situación de los caladeros, sobre todo de los que están ya al límite de su capacidad, Greenpeace propone una moratoria en la construcción de los pesqueros industriales y pide a los países que viven de la pesca que recorten la flota a la mitad antes del año 2005. Si esto no se produce, advierte, una a una las reservas pesqueras se irán agotando.
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