Santiago expone veinte siglos de arte indio e himalayo
La espiritualidad impregna hasta los aspectos más nimios de la vida oriental, y las huellas de ese espíritu religioso pueden rastrearse tanto en una cuchara como en una pintura erótica. De ahí que Robert Clark, comisario de la exposición India, pórtico del norte, abierta hasta enero en el Auditorio de Galicia en Santiago de Compostela, no se limitase a recoger piezas propiamente artísticas, sino que optó por reunir también un buen número de utensilios, muchos de ellos con una función ritual además de doméstica. En total suman más de 400 obras y objetos, que abarcan desde el siglo I antes de Cristo hasta nuestros días y que proceden de territorios de tres países, India, Nepal y Tíbet, este último bajo ocupación china.Clark, uno de esos occidentales cautivados por el magnetismo de Oriente, llevaba bastante tiempo intentando organizar en Europa una exposición sobre el arte de India y de la cordillera del Himalaya. Fue el Auditorio de Galicia el que se decidió a financiar y acoger su proyecto, "el primero de este tipo que se hace en España", según destaca el comisario.
La heterogeneidad de objetos y épocas responde, según Clark, al propósito de reflejar cómo ese cruce de religiones y culturas que conforman lo que conocemos como India "ha sabido conservar todas sus tradiciones a través del paso del tiempo y a pesar de la modernización". "La exposición", escribe el comisario en el catálogo de la muestra, "es una vasta unidad de objetos y cuadros de India, Nepal y Tíbet que pretende reflejar al hombre, sus símbolos, sus ritos, la esencia de la vida cotidiana y su búsqueda de significado a través de la expresión artística".
La colección se ha dividido en cuatro partes para facilitar cierta unidad temática. La primera, titulada Orígenes: vestigios diversos en el tiempo, recoge tallas y pinturas que representan a divinidades de las principales religiones indias, el hinduismo, el budismo, el jainismo y otras creencias animistas. La segunda, denominada Arte ritual, se centra en los espacios físicos donde se manifiesta la liturgia religiosa, tanto en el templo hasta el propio hogar. La exposición dedica otro espacio a las manifestaciones abstractas, vinculadas a la meditación y a la filosofía, y finaliza con una muestra de pintura contemporánea de cierta influencia tántrica.
Babelia
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