Error de apreciación
En, el artículo publicado por EL PAIS el pasado 24 de octubre, Joaquín Estefanía comete un error de apreciación al calificar como "letras pequeñas de la historia" la discusión acerca de la manera en que llegó el plan de reforma económica a las manos de Pinochet, después de que éste se autoproclamara presidente de Chile. Esta subestimación es relevante, porque de allí puede desprenderse toda una serie de interpretaciones que colocan a los paquetes de ajuste ejecutados en América Latina como asuntos que siempre han estado más allá de la agenda política de esos países. Para empezar, se debe señalar que los planteamientos esenciales del posteriormente llamado "Ladrillo" (programa de reformas económicas basado en una concepción neoclásica de la economía), presentados de forma maquillada por el candidato del Partido Nacional, Jorge Alessandri, fueron derrotados ya en las elecciones democráticas chilenas de 1970, cuando el pueblo, mayoritariamente, optó por una plataforma política que pusiera fin al capitalismo dependiente como estrategia de desarrollo. Por lo tanto, aparte del respaldo académico de los profesores de economía de la Universidad Católica de Chile, esos planteamientos contaban también con una base social y política, que los asumía abiertamente, se atrevió a presentarlos como programa de gobierno al electorado y ha estado siempre dispuesta a imponer sus puntos de vista por encima de cualquier orden constitucional democrático que se le oponga. La victoria de Allende no fue sino la primera de una larga historia de derrotas políticas que el neoliberalismo ha tenido en América Latina. Las elecciones parlamentarias de 1973 en Chile, el rechazo a Vargas Llosa en Perú, el referéndum contra las privatizaciones en Uruguay y el Caracazo de 1989 en Venezuela son algunos de los acontecimientos que, en la práctica, reducen los escenarios políticos de aplicación propuestos de libre mercado al engaño del neopopulismo de derechas (Fujimori, Carlos Menem, Carlos Andrés Pérez, Salinas de Gortari), o la modalidad más troglodita de organización política: la dictadura militar. Estas experiencias no hacen más que reforzar la tesis según la cual la consolidación democrática de los países del subcontinente está en abierta contradicción con las políticas de libre mercado y la preservación de los intereses de quienes las promueven, por no decir las imponen.-
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